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El Día sin Coches se salda con un fracaso de participación y propuestas de supresión

El Ayuntamiento de Barcelona permitió el tráfico por las calles que había proyectado cortar

El Día sin Coches fue ayer un fracaso de participación, hasta tal punto que una de sus mayores propagandistas en ediciones pasadas, la tercera teniente de alcalde Imma Mayol (ICV), sugirió que el año que viene se revise el planteamiento. Creció el uso del transporte público, pero sólo en torno al 3%, mucho menos que en celebraciones anteriores, con lo que marca una clara tendencia a la baja. Las plataformas defensoras del transporte público consideraron "ridículas" las medidas adoptadas ayer y exigieron una mayor implicación de todas las administraciones, en especial del Gobierno catalán.

Algunas voces sugerían ayer que una medida acertada para incrementar el uso del transporte público sería que en el Día sin Coches fuera gratuito. "Lo que nada cuesta nada vale", replicó ayer el consejero de Política Territorial, Felip Puig, quien afirmó que la recaudación de un día normal es de 1,5 millones de euros y que no están las haciendas públicas para este dispendio. Puig recordó que el contrato programa 2002-2005, que sirve para financiar el funcionamiento del transporte público metropolitano, no está aún firmado y ni siquiera hay un principio de acuerdo con el Gobierno central. En su ausencia, metro, autobuses y Ferrocarrils de la Generalitat funcionan con adelantos hechos por la Generalitat y los ayuntamientos, y con créditos a corto plazo que se cubrirán cuando se alcance un pacto realista. "Podríamos aceptar una aportación a la baja, pero nos parece fuera de lugar", dijo Puig.

El fracaso del Día sin Coches contó con diversos factores coadyuvantes. Uno de ellos fue que el Ayuntamiento de Barcelona decidió pasar por alto incluso sus propios compromisos. Había anunciado que cortaría el tráfico en la Rambla y el centro del paseo de Gràcia y, en la práctica, ayer pudo circular quien quiso por donde le dio la gana. El paseo de Gràcia quedó cerrado sólo en sus carriles centrales. Los laterales tenían que ser para carga y descarga, aparcamiento y vecinos, pero en la práctica no hubo ningún tipo de limitación.

Descenso del 1%

En la Rambla tampoco. Un portavoz municipal aseguró que la Guardia Urbana sólo permitía el paso a los vecinos, para los aparcamientos y los accesos a hoteles. Hubo momentos en los que así se hizo, pero otros varios, según comprobó este diario, en los que no había guardias que impusieran la restricción.

El descenso de tráfico privado contabilizado por los servicios municipales fue mínimo: un 1% en el interior de la ciudad y un 2,9% si se contabilizan también las rondas, que es donde más se notó el descenso. Estas personas optaron por el transporte público. El uso de metro y autobús creció un 3,5%; el de Ferrocarrils de la Generalitat, entre el 2% y el 3%, y Cercanías registró entre el 1,5% y el 2% más que en otros lunes. Estos incrementos son, todos ellos, inferiores a los registrados en años anteriores.

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El director de la Autoridad del Transporte Metropolitano, Francesc Ventura, reconoció que se trataba de "crecimiento a la baja" y lo atribuyó a que en otros años se había hecho más campaña sobre la jornada.

La voces más críticas fueron las de la plataforma Promoción del Transporte Público (PTP) y, también la de la tercera teniente de alcalde, la ecosocialista Imma Mayol, quien sugirió que la jornada necesita un replanteamiento general si tiene que seguir celebrándose. "La celebración de un día sin coches es una desproporción muy grande y puede acabar siendo negativa". Mayol cree que en el futuro hay que optar por la prohibición de circular en determinadas calles o revisar el sentido de la celebración. Mayol reiteró su propuesta de una celebración quizás más modesta pero más continuada, como sería la de cerrar al tráfico sólo el paseo de Gràcia, pero un domingo cada mes.Inma Mayol recordó que la primera celebración, en 1999, fue "positiva" porque contó con el aspecto de la novedad. "Con los años ha ido perdiendo el carácter innovador y ahora es casi anecdótico y rutinario", añadió. En su opinión, la jornada tiene un grave problema: la falta de un transporte público adecuado fuera del núcleo central de Barcelona. "No podemos pedir que deje el coche a quien no dispone de un transporte público efectivo al lado de su casa".

Pau Noy, portavoz de la PTP, lamentó la "nula implicación del Gobierno catalán" que, afirmó, "no ha hecho ninguna campaña para promocionar la celebración del Día sin Coches". Noy añadió: "El tráfico no ha disminuido, era un lunes como cualquier otro". En su opinión, en 1999 las administraciones se implicaron de verdad y el resultado fue mejor. Noy criticó también la desidia del Ayuntamiento de Barcelona y calificó los cortes parciales de paseo de Gràcia y Rambla como "de risa".

El Gobierno catalán replicó a las críticas de falta de colaboración con la jornada afirmando que este año había preferido enfatizar la celebración de toda una semana de movilidad. El Departamento de Medio Ambiente, dijo el director general de planificación ambiental, Jordi Sala, ha realizado una buena labor. 106 ayuntamientos, añadió, participaron en la jornada. Estas localidades agrupan al 80% de la población catalana. Sala daba por sentado que todos se habían incorporado a la celebración. No obstante, reconoció que el Día sin Coches corre el riesgo de quedar como una fecha anecdótica y sin trascendencia.

"Para esto, mejor nada", explicaba Vicenç Martí, que circulaba en moto por el centro de la ciudad. Pero la mayoría de gente consultada afirmaba ignorar que se celebrara este día. Martí aseguró que no había notado ningún tipo de alteración en el tráfico, ni al alza ni a la baja. Algunos ciudadanos creían que las restricciones en el paseo de Gràcia estaban relacionadas con las fiestas de la Mercè.

El primer teniente de alcalde de Barcelona, Xavier Casas, rechazó que la celebración hubiera sido un fracaso y atribuyó la escasa variación en el uso del coche a que ayer era "un día laborable". En su opinión, al margen de la reducción del tráfico la jornada sirve para sensibilizar a la gente y ofrecer un espacio para actividades de concienciación. No obstante, las actividades organizadas para la jornada por el Ayuntamiento de Barcelona tuvieron escasa participación. Los responsables de movilidad insistieron la semana pasada en que su objetivo era hacer reflexionar a los ciudadanos. Para ello, en el tramo del paseo de Gràcia comprendido entre la plaza de Catalunya y la Gran Via se organizaron varias actividades, informa Clara Blanchar.

50 turismos situados al lado de un autobús evidenciaban la diferencia entre la ocupación del espacio público por parte del vehículo privado frente al transporte público. Las asociaciones que promueven el uso de la bicicleta instalaron también carpas con información sobre las ventajas de este medio de transporte y ofrecían dos puntos de préstamo de bicicletas, que tuvieron poco éxito.

El presidente del grupo de CiU, Xavier Trias, criticó la escasa participación municipal y calificó de poco seria la actitud del alcalde de Barcelona, Joan Clos. Trias aseguró que la jornada no se consolida y recordó que la circulación es uno de los principales problemas de los ciudadanos. Aprovechó para reclamar mejoras en el transporte público de los polígonos industriales y en el servicio nocturno.

El Partido Popular, a través de Alberto Fernández, defendió la conveniencia de reducir a la mitad el precio del billete no durante un día sino durante toda la semana. En cambio, Francesc Ventura, de la ATM, sostuvo que el incremento registrado en el transporte público no es nada desdeñable, y el consejero de Política Territorial defendió que lo importante era hacer una declaración de intenciones a favor de este tipo de transporte.

Clos y el coche

"¿Cómo ha llegado a la radio esta mañana?", le preguntó ayer el presiodista de Catalunya Ràdio Antoni Bassas al alcalde de Barcelona, Joan Clos. Y éste respondió: "Lamentablemente he venido en coche, porque no tenía otra forma de llegar desde mi casa hasta aquí. Esto no quiere decir que no tengamos que celebrar el Día sin Coches". Poco después, Bassas le decía que un oyente había llamado para explicar que vive cerca del alcalde y que la línea 7 va directa a la emisora. "Sí, pero creo que hoy habría tardado un poco más", sentenció Clos.

Esta intervención causó críticas airadas de la oposición y que los miembros del Gobierno, Artur Mas en primer lugar, hicieran gala de no usar el coche oficial y trasladarse en metro y autobús. Un portavoz municipal precisó más tarde que Clos, en realidad, había utilizado el coche porque sufre una infección renal con fiebre, pero que no lo había dicho por antena para "preservar su intimidad", aunque reconoció que fue un error de cálculo.

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