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Reportaje:

Del tango a la equinoterapia

Los miles de argentinos llegados a Cataluña en los últimos dos años crean un tejido de 40 asociaciones

La masiva llegada de argentinos no sólo puso de moda la hierba mate y el dulce de leche en las tiendas de Barcelona. Los 15.000 argentinos que han llegado a Cataluña desde 2001, cifra que varía según la administración consultada, también han tenido un impacto fuerte sobre el tejido asociativo catalán. Según el Registro de las Entidades de la Generalitat, son 40 las asociaciones creadas por argentinos en toda Cataluña en un año y medio.

"Este dinamismo argentino es una muestra más de que somos un país de acogida", asegura el Secretario para la Inmigración de la Generalitat, Salvador Obiols, quien subraya que "el asociacionismo ha siempre sido uno de los rasgos diferenciales de Cataluña".

Hay de todo: desde reuniones de aficionados al tango a plataformas de apoyo a las luchas de piqueteros. Incluso existe una asociación catalano-argentina de equinoterapia, fundada en 2002 en Terrassa, para el desarrollo de los métodos argentinos de tratamiento de caballos.

Frente a esta diversidad, los servicios asociativos de Barcelona destacan una primera tendencia: "El sector más dinámico en creación de asociaciones está constituido por las estructuras de ayuda jurídica y psicológica a los que llegan". Es el caso de la Red Solidaria Argentina en Barcelona, nacida hace un año y medio y compuesta por 14 voluntarios. Según uno de sus miembros, el abogado Javier Garcia Bonomi, "se trata de un trabajo absolutamente práctico y apolítico" que ayuda a unos 1.200 argentinos por mes.

El carácter apolítico de muchas de estas organizaciones refleja los cambios que surgieron en el flujo de migración. "Los inmigrantes de los años setenta que huían de la dictadura tenían un gran capital político y cultural. La ola actual es más dispersa y despolitizada: son, primero, inmigrantes económicos", explica Xavier Aragall, especialista en migraciones del Instituto Europeo del Mediterráneo.

Muchas asociaciones vinculadas a los barrios están ahora dedicando parte de sus esfuerzos al tema migratorio. Incluso proponen servicios que no están cubiertos por las administraciones locales, por ejemplo la búsqueda de alojamiento. "Frente al fenómeno de las migraciones, el Estado nación clásico parece incapaz de dar respuestas", dice Aragall. Las asociaciones son más flexibles y se adaptan rápidamente a las nuevas situaciones.

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Con una perspectiva más oficial, el Congreso Europeo de las Entidades Argentinas, que empezó en Barcelona el 12 de julio pasado y tendrá una duración de un año, quiere ser un "intento audaz de crear un verdadero tejido asociativo catalán y conectarlo con las redes española y europea", según su director, Diego Arcos. El paradójico reto de Arcos, que llegó a Barcelona hace 13 años, es que los argentinos "vivan como argentinos mientras se integran en Cataluña". Arcos, también al frente del Casal Argentino de Barcelona, quiere "canalizar la energía que nace del choque mental entre el imaginario argentino del inmigrante y la realidad catalana que experimenta: los inmigrantes son parte de los sectores más dinámicos de la sociedad".

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