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La separación de los grupos de EA y PNV cuesta un millón cada año a las instituciones

El PSE impedirá la segregación en los ayuntamientos donde dependa de sus votos

La separación de EA y PNV en grupos diferentes en las instituciones a las que concurrieron en coalición cuesta a los presupuestos públicos en torno a un millón de euros anuales, tan sólo en las juntas generales, los ayuntamientos de las tres capitales y el Parlamento vasco.

El PP y el PSE critican lo que consideran un "fraude", por más que los nacionalistas hayan encontrado el resquicio legal para hacerlo, y censuran a los partidos protagonistas por querer, a la vez, los beneficios electorales de acudir a las elecciones en coalición y los económicos y de duplicación de voces y tiempos que les proporciona la separación de grupos.

El dirigente del PSE-EE, Manuel Huertas, anunció a este periódico la intención de su partido de impedir la segregación en los ayuntamientos, como el de San Sebastián, donde sea preciso cambiar el reglamento para facilitarla y esa reforma dependa de los votos socialistas.

Sin contar los sueldos ni las subvenciones por cada concejal, parlamentario o juntero, que EA cobraría igual de haber permanecido sus electos en el grupo conjunto, los grupos separados de EA en las siete principales instituciones costarán 891.895 euros adicionales, y ello sin contar algunas retribuciones que este diario no ha conseguido determinar.

Según las cifras proporcionadas por las respectivas instituciones, el Ayuntamiento de Bilbao será el lugar donde la separación de EA (2 concejales) salga más barata: sólo 53.112 euros al año, porque allí no existe la subvención fija por grupo y éstos sólo cobran 1.304 euros por cada concejal. EA tiene además derecho a una secretaria, retribuida con 21.816 euros. La institución que más pagará serán las Juntas Generales de Guipúzcoa: 187.754 euros anuales entre el grupo y los puestos de trabajo adjudicados a él.

En Álava, la separación supone 159.392 euros y en Vizcaya 107.285. El único concejal de EA en el Ayuntamiento de Vitoria costaría, con grupo unitario, 42.967 euros. Separado, el coste se eleva a 116.921. En el Parlamento, el grupo de EA cobra 159.024 euros, sin contar sus sueldos, y además están las retribuciones y cotizaciones a la Seguridad Social de las cuatro secretarías a que da derecho el grupo.EA califica de "ofensivo democráticamente" el cuestionamiento de la separación "en términos de precio" y defiende su derecho a la segregación. "Lo dijimos antes de las elecciones y quien nos votó lo hizo a sabiendas de que formaríamos grupo propio", aduce Rafael Larreina. En los lugares donde la separación no es posible por estar prohibida por el reglamento, el PNV y EA se comprometieron también a reformarlo. "Lo hacemos dentro de la legalidad", argumenta Larreina.

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Las críticas desde la oposición son implacables: el PSE y el PP acusan a PNV y EA de "fraude electoral" y, por más que admitan la legalidad de la actuación, cuestionan su "decencia". "Esto demuestra que la coalición sólo era una bandera de conveniencia", afirma el miembro de la ejecutiva del PSE-EE, Manuel Huertas, "y que lo que buscan ahora es aprovecharse de prebendas y asignaciones". El portavoz del PP, Leopoldo Barreda, resalta el "sobreprecio" que supone para los presupuestos públicos, al duplicarse las subvenciones fijas y el personal que la institución sufraga a cada grupo. Barreda critica también el precedente que sienta: "Cualquiera podría cambiar su sigla en un lugar y decir que en su formación hay dos sensibilidades para tener dos grupos, dos asignaciones y dos turnos de palabra", advierte.

El cálculo de los gastos efectuado por este periódico no contempla otros municipios donde también existen remuneraciones y personal de asistencia a los grupos municipales, ni algunas asignaciones que las instituciones consultadas no supieron precisar.

Un mes y medio después de las elecciones locales y forales, el PNV y EA se han separado ya en las tres juntas generales y en los ayuntamientos de Bilbao y Vitoria, amén de otros de menor entidad. En San Sebastián, la división no se ha materializado aún y encuentra dificultades porque precisa una modificación del reglamento y, además, existe un menor rechazo de la ejecutiva local a compartir grupo con el PNV. No obstante, Larreina sostiene que la separación se hará, previa reforma del reglamento. En ese caso, EA cobrará, para su grupo de cuatro concejales y los asesores que contrate, 151.024 euros más.

Eludir la normativa

Pese a estar expresamente prohibido por diversas normas legales, EA puso la separación de grupos como condición innegociable al pactar la coalición con el PNV. Para poder sortear la prohibición legal, la coalición cambió su nombre en algunas circunscripciones, lo cual les proporciona el resquicio por el que introducir la creación de dos grupos separados, y contar con unos ingresos que de otro modo no obtendrían, además de tener voz y turnos de intervención propios en todos esos foros institucionales. El empeño de EA por contar con grupo diferenciado se explica porque, de lo contrario, no sólo encontraría difícil hacer oír su voz y vería diluirse sus posiciones en las del PNV, sino que tendría apuros económicos para mantener su estructura partidista.

PNV y EA ya realizaron esta pirueta en las elecciones autonómicas de 2001, pese a que el Reglamento del Parlamento vasco lo prohíbe taxativamente en su artículo 19: "No podrán constituirse ni fraccionarse en grupos parlamentarios diversos quienes en las elecciones hubiesen comparecido bajo una misma formación, grupo, coalición o partido político".

De los 33 escaños obtenidos, el PNV tiene ahora 26 y EA 7. Esa representación otorga a EA en la Cámara vasca unos ingresos de 159.024 euros anuales, añadidos a los 182.868 que obtiene por sus siete escaños y que cobraría también de haber permanecido ambas fuerzas en un mismo grupo. Al margen quedan las retribuciones de las cuatro secretarías que corresponden al grupo y cuyo coste económico no supieron precisar en el Parlamento.

En Navarra, la separación la protagonizó el único parlamentario del PNV, pero la Mesa de la Cámara foral le privó de 135.587 euros y dejó su asignación reducida a 57.600 euros por considerar un abuso que un sólo diputado tuviera derecho a un asistente (22.2237 euros), a una liberación como portavoz (44.422 euros) y a la subvención fija e igualitaria que disfrutan todos los grupos del Parlamento navarro (68.928 euros).

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