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Reportaje:

De la granja a la cementera

Los pollos que mueren asfixiados por el calor se transforman en una harina usada como combustible para cementeras

Entre las seis de la mañana y las 10.30 de ayer, José Centelles y varios ayudantes estuvieron sacando los pollos que habían muerto en sus seis naves. Cada día desde hace una semana, este ganadero de Costur ha perdido entre 900 y 1.000 pollos por el fuerte calor. Ayer fueron "exactamente" 920. Una sangría que en pérdidas económicas son 3.000 euros al día. Centelles se siente "impotente". La modernización de granjas, que él como otros acometió con más decisión y con apoyo oficial desde 1994, cuando el calor mató dos millones de pollos, no ha sido suficiente. "La ola de calor está persistiendo demasiados días".

Los cadáveres llegan a un vertedero destinado a ese uso. De allí se trasladan a la empresa Canet, en Almassora, donde la destrucción de los cadáveres empieza con su descarga en una tolva. El resultado es una harina que será combustible para cementeras.

En torno al 7% de los animales que se engordan mueren antes de "su hora"

Canet se dedica desde hace tres generaciones a la recogida de cadáveres y subproductos procedentes de matadero. Es la única empresa valenciana con licencia para tratar Materiales Específicos de Riesgo (MER). También trata subproductos de matadero. En conjunto, en un año, puede recoger 7,5 millones de kilos, según su director, Guzmán Canet. Estos días, han tenido "mas actividad de la normal": doblan turnos y se trabaja de noche. Hace unos días la Unió de Llauradors estimó que el calor mató a alrededor de medio millón de pollos. Guzmán Canet considera que su negocio se "ha convertido en un servicio público" que la gente desconoce.

En torno al 7% de los animales que se engordan en territorio valenciano mueren antes de "su hora", según datos oficiales. Pollos y cerdos tienen la mayor mortandad.

En Castellón hay 70 casetas de recogida de cadáveres y en Valencia y Alicante usan contenedores móviles. Hay otras cuatro empresas valencianas que tratan los desperdicios de matadero, de los que pueden hacer fertilizantes o alimentos para animales.

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El responsable del sector avícola de la Unió de Llauradors, Vicent Goterris, recordaba ayer que la Administración ha de aumentar la dotación para modernizar granjas, establecer una línea de ayudas a fondo perdido para paliar la elevada mortandad y lograr un seguro contra la asfixia de animales.

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