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Martín de Ugalde reúne una veintena de relatos que escribió en el exilio

Alberdania recupera parte de su obra literaria en castellano

Martín de Ugalde (Andoain, 1921) es un escritor de referencia para cualquier euskaldun. Mucho menos conocidos son los relatos y artículos que escribió en español durante su exilio en Venezuela, desde 1947 hasta las postrimerías del franquismo. La editorial Alberdania le rinde ahora homenaje publicando La semilla vieja y otros cuentos, un libro que reúne una veintena de relatos, la mayoría inéditos en España.

El origen de la publicación de este libro está en la clausura judicial de Euskaldunon Egunkaria, periódico que Martín de Ugalde contribuyó a fundar y del que fue presidente de honor en la última época. "Con el cierre se cometieron muchas injusticias; se empañó y se criminalizó el buen nombre y la honestidad de los trabajadores y de gente vinculada a Egunkaria", dijo ayer el escritor Anjel Lertxundi, autor del prólogo de La semilla vieja y otros cuentos.

Lertxundi pensó entonces en una fórmula para poner de relieve la honorabilidad de Ugalde, autor de una amplia obra en euskera: recuperar en un libro los cuentos y escritos en español que publicó en Venezuela en los años 50 y 60, y mostrar su otra cara literaria. El escritor se lo propuso a los responsables de Alberdania, que aceptaron de inmediato, primero, "porque los euskaltzales le debemos mucho por la inquebrantable dignidad que ha demostrado en distintas circunstancias", pero también porque "es un material de extraordinaria calidad literaria", explicó el responsable de la editorial, Jorge Giménez.

La semilla vieja... reúne prácticamente todos los relatos que De Ugalde escribió en Venezuela, país al que se exilió, tras 10 años de peripecias, para reencontrarse con su padre, huído al término de la Guerra Civil. No están sus reportajes, las crónicas que escribió para el diario de Caracas El Nacional y otras publicaciones, con la que conquistó a los críticos e intelectuales de aquel país. El poeta Pla y Beltrán escribió en 1959 en el rotativo venezolano El Independiente: "Dos cosas destacan en su cuentística; de un lado, una voluntad férrea, una pasión ilimitada por integrarse, por fundirse, por hacerse él mismo carne y sangre, gozo y agonía de las tierras y de las gentes venezolanas; del otro, un terco deseo de dejar testimonio, de convertirse en fiero e insobornable intérprete de algo que bien podría considerarse como una nueva clase social en Venezuela: los inmigrantes".

La semilla vieja... refleja justamente eso, una literatura realista y comprometida con los marginados, similar a la de Ignacio Aldecoa, retratos de la cotidianeidad de prosa ágil y viva, siempre situados en los límites de la tragedia, según Lertxundi. "Hizo suyo el lenguaje del sufrimiento", señaló.

Empleó incluso un castellano distinto del aprendido, "casi criollo", en palabras del escritor Koldo Izagirre. "Era duro conseguir el tono de voz adecuado para contar un cuento literario al lector venezolano. Esa lucha me producía un goce que sólo la experiencia personal del escritor puede medir", dijo Martín de Ugalde en una ocasión. A su regreso a Euskadi, recuperó el euskera como su lengua literaria.

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