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El artista alemán Penck muestra en San Sebastián sus pinturas 'arcaicas'

El artista alemán expone una veintena de óleos y creaciones gráficas y en papel

Se llama Ralf Winkler (Dresde, 1939) y es uno de los representantes imprescindibles del nuevo expresionismo alemán, pero sólo se adquiere conciencia de su verdadera dimensión cuando se relaciona su nombre con el seudónimo con que firma sus obras: A. R. Penck. El artista, que en los años 80 abrió nuevos horizontes a la pintura contemporánea europea, apenas ha expuesto su obra en España. Ahora, recala en la galería Altxerri de San Sebastián para mostrar sus propuestas más recientes. La exposición reúne más de una veintena de piezas entre óleos, obra gráfica y papel.

Las dos plantas del espacio expositivo de Altxerri (Reina Regente, 2) se dedican en exclusiva a la obra de este creador que a lo largo de su extensa trayectoria ha realizado una aproximación pictórica a la sociología, la filosofía y la política.

Penck, quien de joven creyó en el comunismo, vivía en la RDA cuando empezó a investigar la fuerza de las formas más elementales y sencillas en plástica. Con la Guerra Fría, el enfrentación entre dos mundos, la represión y al censura del régimen dejó asomar su vertiente más social. Sus obras atacaban cada vez con mayor rotundidad los cimientos del poder político de la Alemania Oriental. Por ello se vio obligado a esconderlas y trasladarlas consigo en su exilio a la RFA. "Es entonces cuando empieza un poco con un lenguaje que recoge desde elementos de las culturas primitivas hasta el mundo de la pintura callejera y los graffitis", dice Miguel García Velilla, uno de los responsables de la galería donostiarra.

Figuras arcaicas

La referencia a estos grandes temas -la omnipresencia del poder, las artes primitivas y callejeras- se solapa y asoma de forma transparente, sin ambigüedades en las piezas que presenta ahora, tanto en los óleos, la mayoría realizados entre 2000 y 2002, como en su obra gráfica -serigrafías, litografías y aguafuertes de comienzos de los años noventa-. Penck retrata reiteradamente hombres arcaicos, como figuras de palo, águilas que simbolizan poder, serpientes alusivas al mal, símbolos geométricos elementales y comunes a casi todas las culturas, letras,... En la mayoría de los casos, lo hace a través de líneas gruesas y colores básicos muy vivos. En toda la exposición sólo hay tres piezas, ambas gráficas, construídas exclusivamente con la combinación del blanco y el negro.

El artista es un nombre clave de la pintura alemana de los 80, que revolucionó junto con el movimiento vanguardista italiano de la época las estructuras del arte contemporáneo europeo. "Ha expuesto en contadísimas ocasiones en España", afirma García Velilla, al margen de su presencia aislada en salas institucionales o en exposiciones colectivas sobre autores que han dejado huella en el arte expresionista alemán.

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Por eso los responsables de Altxerri creían que esta figura era "inalcanzable", que no iban a ver colgadas sus obras de las paredes de la sala. Sin embargo, su relación de amistad con el galerista que promociona el trabajo de Penck les ha brindado finalmente la posibilidad de mostrar su trabajo en San Sebastián. "Lo hablamos y se consiguió", dice García Velilla. "Además, le hacía ilusión presentar sus creaciones en España".

La exposición, que sitúa en primera línea a esta galería con veinte años de trayectoria, se prolongará hasta el 16 de julio. Dos días después, Altxerri inaugurá una muestra dedicada a Guinovart.

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