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Análisis:ANÁLISIS | ELECCIONES 25M | Comicios municipales en Cataluña
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

En el aire

Josep Ramoneda

Hay diseñadores que parecen pagados por los adversarios de su cliente. El que ha diseñado los carteles del PP es uno de ellos. Para poner al ciudadano en sintonía con la España serena y bucólica del partido de las gaviotas, nos propone un paisaje marino, un despejado horizonte blanco, un mar de azul rabioso. En el aire, "tu futuro", en el fondo del mar, "nuestro compromiso".

No será, sin embargo, por culpa del cartel por lo que el PP, en Cataluña, aparece fuera de juego. Hay políticas que pesan más que las imágenes. Y, probablemente, el efecto más importante de la política de Aznar en la guerra y la posguerra de Irak sea el aislamiento del PP en la escena pública catalana. Indican las encuestas que el PP tendrá una pérdida sensible de votos, aunque no espectacular. Pero no es lo más relevante. Lo significativo es que nadie cuenta con él. En la campaña, los demás candidatos le ningunean, y para el día después está a priori descartado de cualquier alianza. Sólo un resultado sorpresa podría salvarle.

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Hace unos meses, el PP condicionaba por completo la política de la Generalitat, a la que sostenía con su apoyo parlamentario. Después vino el tradicional desencuentro implícitamente pactado previo a toda campaña electoral. Había sido una alianza forzada, porque no había otra salida y cuando se recuperó la libertad enseguida aparecieron los resentimientos. Artur Mas, obligado por la necesidad de frenar la fuga de votos hacia Esquerra, sacó toda la retórica nacionalista a la procesión, y el PP se rebotó. Después, la guerra fue agrandado la herida. CiU hizo una brillante oposición al belicismo de Aznar en el Parlamento, y el PP se la devolvió con unos cuantos castigos parlamentarios en Cataluña.

Cabía pensar que todo quedaría en un juego de amagos. Pero la guerra hizo que la clase política catalana se encontrara en su posición preferida: todos contra el PP. Y así se fue construyendo su marginación. Los augurios de retroceso electoral han hecho el resto. Y ahora mismo no hay candidatos en las principales ciudades que piensen en una alianza con el PP. CiU ya ha dejado claro que en caso de obtener un buen resultado en Barcelona, la primera oferta será para ERC y la segunda para el PSC.

De rebote, las primeras víctimas políticas del PP por la guerra de Irak son Josep Piqué y sus muchachos. Se habían fijado un objetivo principal: sacar tajada del cambio de liderazgo nacionalista. De momento, quien está sacando tajada es CiU.

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