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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El laboratorio argentino

Joaquín Estefanía

Los ciudadanos argentinos viven una pesadilla para la que es muy complejo encontrar explicaciones. Éstas nunca deben ser monocausales, y mucho menos la mayor de todas ellas puede apoyarse -como algunos falsos científicos sociales acostumbrados a la autoayuda han escrito- en un esfoque psicologista de "lo argentino". Para el resto del mundo, este país ha devenido en un complejo laboratorio político, social y económico del que es prácticamente imposible encontrar precedentes.

Los enfoques historicistas de la crisis argentina han sido abundantes. Mucho menos aquellos que llegan hasta el día de hoy y que no tienen como destinatario sólo al público interior. Dos libros muy recientes ayudan, de modo complementario, a reflexionar sobre lo que el primero de ellos -el de Ángel Jozami- denomina "la destrucción de una nación", y el segundo -de Rafael Olarra y Luis García-, "derrumbre económico y social".

ARGENTINA. LA DESTRUCCIÓN DE UNA NACIÓN

Ángel Jozami. Mondadori. Barcelona, 2003. 412 páginas, 18,50 euros

EL DERRUMBE ARGENTINO. DE LA CONVERTIBILIDAD AL CORRALITO

Rafael Olarra y Luis García Martínez. Planeta. Buenos Aires, 2002. 176 páginas

A Jozami lo habíamos leído en las páginas de Le Monde Diplomatique, y más recientemente en medios de comunicación españoles. Ha escrito un demoledor libro de elaboración periodística, con un marcado sesgo económico e histórico. Su tesis es nítida: la actual crisis argentina es el resultado de un largo proceso de decadencia que, durante la década de los noventa, se intentó resolver mediante los mismos mecanismos a los que se había apelado en el pasado más reciente. Argentina pasó a la quiebra a finales del año 2001, desde el supuesto milagro de la década de los noventa (los años Menem).

¿En qué consiste esta quiebra?: el mercado no funciona; el sistema de crédito está paralizado; la cadena de pagos, quebrada; la pobreza, la miseria, el paro y la emigración han alcanzado niveles tales que actúan en contra de cualquier recuperación rápida a medio plazo. El diagnóstico de Jozami es contundente desde el punto de vista ideológico: la teoría ortodoxa del equilibrio automático provocado por las fuerzas libres del mercado ha tenido en Argentina un desmentido rotundo.

Olarra y García, más técnicos, describen lo ocurrido desde la convertibilidad del peso argentino en dólares al célebre corralito, que todavía ahora se está desmontando. Su moraleja, que se repite como un martillo pilón para que el lector no la olvide, tiene un carácter más general: la brecha entre las ambiciones de los ciudadanos y los límites de la economía ha de ser desvelada por los políticos, so pena de caer en la demagogia y en el descrédito institucional.

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