La empresa de Dick Cheney controlará el petróleo de Irak
Dick Cheney seguirá como vicepresidente dentro de la candidatura de George W. Bush en las elecciones de 2004. "El presidente me ha pedido que sirva de nuevo, y yo estoy de acuerdo", anunció ayer. Pese a sus cuatro ataques cardiacos, Cheney se siente con fuerzas: "Un médico me acompaña las 24 horas del día para vigilarme, y yo sería el primero en renunciar si considerara que mi salud es un obstáculo para mi trabajo".
El vicepresidente mantiene una enorme influencia en la Casa Blanca. Y se le acusa de utilizarla a favor de Halliburton, la empresa que dirigió entre 1995 y 2000. Halliburton parece haberse hecho, de forma más o menos encubierta, con el control de todo el petróleo de Irak.
Halliburton consiguió del Pentágono un contrato sin concurso previo por el que, según se anunció, la empresa se comprometía a extinguir todos los fuegos que se pudieran producir en los pozos petroleros iraquíes y a realizar reparaciones de emergencia en los mecanismos de extracción. El contrato ascendía a 7.000 millones de dólares en dos años.
Pero el contrato, en realidad, era mucho más generoso. Henry Waxman, demócrata de la Cámara de Representantes, pidió de forma oficial al Pentágono que detallara las condiciones del contrato de Halliburton. La respuesta ayer del teniente general Robert Flowers reveló que Halliburton había obtenido derechos de explotación y comercialización sobre el petróleo iraquí. La empresa podía además explotar los pozos a su cargo y comercializar el petróleo sin competencia dentro del país.
Un portavoz de la oficina de Dick Cheney aseguró que el vicepresidente era "totalmente ajeno a la concesión del contrato". Halliburton, por su parte, afirmó en un comunicado que las acusaciones de trato de favor son "infundadas" y que ha obtenido el contrato por ser la única empresa "capaz de hacerse cargo de un plan de contingencias tan amplio".
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