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Las células madre embrionarias generan óvulos en cultivo

Los resultados obtenidos en ratones se intentarán repetir en humanos

Javier Sampedro

Si los resultados obtenidos en ratones por un equipo científico de la Universidad de Pensilvania (EE UU) pueden repetirse en humanos, las donaciones de óvulos dejarán de ser un factor limitante para investigar en clonación terapéutica, y quizá también para conseguir embarazos en mujeres con deficiencias de ovulación. Al menos en ratón, los cultivos de células madre embrionarias generan espontáneamente óvulos, y hasta embriones.

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FOLÍCULOS GENERADOS EN CULTIVO.

La técnica es tan sencilla que ni siquiera merece ese nombre. Las células madre cultivadas en una vulgar placa Petri, sin ningún factor añadido, generan espontáneamente células precursoras de los óvulos (a los ocho días), óvulos propiamente dichos (a los 16 días) e incluso embriones de ratón en varias fases de desarrollo (a los 40 días). El mérito de Hans Schöler y su equipo, que presentaron ayer el trabajo en Science (edición electrónica), ha sido utilizar los marcadores adecuados para darse cuenta de que todo ese material biológico estaba allí.

De hecho, Schöler sospecha que cualquier cultivo de células madre de ratón de los miles que circulan por el mundo debe contener óvulos, y tal vez embriones, aunque nadie se haya dado cuenta hasta ahora. Lo mismo podría ser cierto de los cultivos de células madre humanas ya existentes, aunque los científicos deben aún comprobar esto. También falta demostrar que los óvulos espontáneos pueden ser fecundados por un espermatozoide.

La aparición de embriones en el cultivo es particularmente sorprendente. Toda célula de cualquier mamífero contiene dos genomas: uno proveniente del padre y otro de la madre. Pero las células precursoras de los óvulos (y también las de los espermatozoides) experimentan un tipo de división especial llamada meiosis, que reduce a la mitad el contenido genético. Gracias a esto, los óvulos y los espermatozoides sólo contienen un genoma, y la fusión de ambos en la fecundación restaura el número normal. Pero entonces, ¿cómo un óvulo espontáneo genera un embrión?

La respuesta, según Schöler, es la partenogénesis (del griego para nacimiento

virgen), un fenómeno común en los invertebrados (insectos, gusanos, moluscos) y también descrito, en condiciones muy artificiales de laboratorio, en las gónadas de los mamíferos. Lo que ocurre en el caso de las células madre, probablemente, es que las células precursoras de los óvulos, resultan activadas anormalmente antes de experimentar la meiosis. Con ser la parte más espectacular de los resultados, estos embriones partenogenéticos tienen una alta probabilidad de ser inviables. Es posible, sin embargo, que de ellos puedan derivarse nuevas células madre (que se obtienen, precisamente, de embriones en estas fases).

Si los resultados son extrapolables a humanos, Schöler habría superado el principal cuello de botella para investigar en clonación terapéutica: la escasez y carestía de los óvulos humanos. La idea de la clonación terapéutica, que aún no se ha probado en humanos, es tomar un óvulo, extraerle el núcleo (que contiene el genoma) e introducirle un núcleo tomado de cualquier célula de un paciente. Del embrión resultante (un clon del paciente) se extraen células madre y se transforman en tejidos para trasplante. Como éstos son genéticamente idénticos al paciente, se evita el rechazo inmunológico. La posibilidad de obtener óvulos de cultivos de células madre sería un avance de gran utilidad.

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