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CRISIS POR LA MANIPULACIÓN DE ENCUESTAS

Mas asume que deberá relevar a Madí para cortar el escándalo de los sondeos

El Gobierno de Convergència i Unió (CiU) quiere dar carpetazo a la pesadilla del escándalo de las encuestas y evitar la comisión de investigación parlamentaria que impulsa la izquierda con el apoyo del PP. Los populares, que lidera Josep Piqué, no están dispuestos a que el Ejecutivo catalán vuelva a cerrar en falso la crisis con una destitución de segundo rango disfrazada de reestructuración y han anunciado a Jordi Pujol que sólo bloquearán la comisión de investigación tras un gesto contundente.

Por todo ello, el conseller en cap, Artur Mas, ha asumido, después de diversas reuniones con Jordi Pujol, la necesidad de prescindir de su más estrecho colaborador en sus actuales responsabilidades, según diversas fuentes de CiU. Mas se ha resistido durante semanas a dar este paso, pero en los últimos días, tras una serie de contactos -también con el propio Madí-, ha llegado a la conclusión de que no le queda otra alternativa: una comisión de investigación supondría una sangría por entregas para un candidato que, según todas las encuestas, parte con clara desventaja respecto a su rival directo, el socialista Pasqual Maragall.

Madí a EL PAÍS: "No he pedido el relevo, mi cargo lo tiene Mas desde siempre a su disposición"
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Pujol y Mas abordaron el pasado fin de semana la forma de proceder al relevo de Madí. La versión que cobra más fuerza es la de una reestructuración en el seno de Presidencia. El candidato de CiU a la Generalitat aseguró ayer ante la ejecutiva de la federación nacionalista que hoy tendrá resuelto el problema. De hecho, la junta de portavoces del Parlament se reúne esta tarde para decidir si da luz verde para que el pleno de la próxima semana debata la comisión de investigación parlamentaria. Por tanto, al Gobierno de CiU le quedan o bien unas horas o bien ocho días para realizar ese gesto contundente que el Partido Popular de Cataluña reclama y que los pesos pesados de CiU ya han asumido como inevitable.

Madí, del que dependían los barómetros del Gobierno catalán desde marzo de 2000 -primero desde el gabinete del portavoz, después como secretario de Comunicación-, aseguró ayer a este diario: "No he pedido el relevo ni he presentado mi dimisión; mi cargo lo tiene Mas desde siempre a su disposición".La federación nacionalista cerró ayer filas en torno a Mas tras la reunión de la ejecutiva. El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, aseguró: "Apoyamos las explicaciones que ha dado el conseller en cap sobre el barómetro de agosto de 2000; no hemos hablado de dimisiones ni de remodelaciones".

Sin embargo, fuentes de CiU aseguraban ayer que el paso que reclama el PP debe darse con urgencia. Oficialmente, el Gobierno catalán tiene previsto abordar hoy la reestructuración anunciada el pasado 6 de marzo por Mas: la desaparación de las oficina de las encuestas y del cargo de director general de Evalución y Estudios, que ocupaba Josep Camps. El propio Jordi Pujol ha afirmado que Camps, un dirigente territorial muy querido en Convergència, no tiene responsabilidades en lo sucedido.

Probablemente el relevo de Madí de sus actuales funciones se presente dentro del marco de un amplia reorganización y no necesariamente se materializará de forma inmediata, apuntaban algunas fuentes de Presidencia. La situación que aborda Mas es compleja: cualquier cambio brusco podría verse como una imposición de Pujol, quien se comprometió ante el Parlament a resolver el asunto. Por el contrario, si las reformas son demasiado tenues, pueden irritar al PP, como ya sucedió con la supresión de la dirección general que dirigía Camps: los populares se negaron a dar por cerrada la polémica porque Mas presentó la reestructuración como un mero retoque administrativo.

Fuentes de Convergència aseguraron que anoche mantenían los contactos con el PP. La federación ha recurrido también en esta ocasión a sus canales habituales en la calle de Génova de Madrid (sede central del partido), pero las cosas han cambiado no únicamente porque el PP está molesto con la actitud de CiU. El escándalo de las encuestas se ha revelado para Piqué como una ocasión ideal de demostrar a los dirigentes nacionalistas que su llegada a la presidencia regional ha supuesto un aumento de la autonomía de la organización catalana. Por ahora, los contactos nacionalistas con Génova se han revelado infructuosos.

En el programa Minoría absoluta, de RAC 1, Pujol aseguró que tenía identificado al responsable al menos de parte de los "errores". "Alguna cosa sé, otras quizá no", afirmó, antes de añadir: "En todo caso, si algún día de todo esto sale alguna cosa que merece ser comentada ya lo haré".

Marc Puig, director general de Difusión -que depende de la secretaría dirigida por Madí-, se perfila como uno de los candidatos a asumir parte de las atribuciones de Madí. Puig, de 40 años, dirigía el área de Comunicación de CDC antes de incorporarse, hace poco más de un año, a la Administración.

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