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Acuerdo de mínimos sobre la futura plaza de Lesseps

La zona recuperará la pendiente natural y los peatones ganarán espacio a los coches

Es el principio del fin de lo que parecía el cuento de nunca acabar: la reforma de la plaza de Lesseps de Barcelona. Los vecinos de la zona y el Ayuntamiento han llegado esta semana a un acuerdo que sienta las bases sobre las que se redactará un nuevo proyecto de reforma. El acuerdo es fruto del trabajo de la comisión mixta que se creó el mes de abril, después de que los vecinos rechazaran el proyecto inicial. Se trata de un pacto de mínimos que establece que se recupere la pendiente originaria de la plaza, se reduzca el tráfico y se mejore la conectividad con los barrios de la zona.

La reforma de la plaza de Lesseps colea desde 1996, cuando el Ayuntamiento decidió humanizar el actual modelo, que tiene su origen en la Barcelona del alcalde Porcioles, entre las décadas de 1960 y 1970. Pero desde 1996 el nuevo proyecto y las obras se han ido aplazando hasta convertirse en una eterna asignatura pendiente.

Por fin, en febrero de este año el Ayuntamiento aprobó en primera instancia el proyecto de reforma que debía corregir el desaguisado. El proyecto, de los arquitectos Albert y David Viaplana, preveía suprimir las rampas que separan la plaza en niveles y recuperar espacio para los peatones, que llevan 30 años cediendo frente al protagonismo absoluto de los coches y sorteando escaleras y pasos subterráneos.

Rechazo al proyecto inicial

Sin embargo, la reforma se gestó de espaldas a los vecinos, que pusieron el grito en el cielo al conocer el proyecto. "Se mantenía la plaza en dos niveles separados por una grada, la parte pensada para uso de los vecinos quedaba a la sombra, no se preveía la llegada de la línea 9 del metro y además el tráfico continuaba siendo muy importante", recuerda Ramon Veciana, presidente de la asociación de vecinos Gràcia-Nord Vallcarca.

La tensión se desató en marzo durante la presentación pública del proyecto. El acto oficial, celebrado en la escuela Rius i Taulet, se desarrolló en medio de una estruendosa protesta de los vecinos, representados en las asociaciones y en la plataforma que se constituyó en paralelo con el nombre de Otra plaza de Lesseps es posible. Las protestas continuaron en los plenarios del distrito, hasta que el Ayuntamiento cedió y decidió constituir la comisión mixta de seguimiento del proyecto, de cuyo trabajo es fruto el acuerdo firmado el pasado miércoles.

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En esta comisión están presentes responsables del Distrito de Gràcia, del Instituto Municipal de Urbanismo, de cinco asociaciones de vecinos (Vila de Gràcia, Gràcia-Nord Vallcarca, Sant Gervasi, El Farró y El Putxet) y de la plataforma, además de un grupo de tres técnicos independientes: la arquitecta Itziar González, el ecólogo Salvador Rueda y el ingeniero Ole Thorson.

Este grupo de técnicos, que ficharon también a cinco jóvenes arquitectos del barrio y abrieron un proceso de consulta entre los vecinos, ha redactado el documento Nuevos criterios para la reforma de la plaza de Lesseps. Se trata de una amplia carpeta que recoge las propuestas que cuentan con el mayor consenso y que, sin ser el proyecto definitivo, sienta las bases para la redacción final.

Según el acuerdo firmado por la comisión mixta esta semana, el proyecto final recogerá este documento, las propuestas del Instituto Municipal de Urbanismo y las aportaciones de la plataforma Otra plaza Lesseps es posible. Todos ellos deberán trabajar bajo cuatro "criterios rectores", tal y como reza textualmente el acuerdo. Éstos son: reducción del tráfico privado tanto en la plaza como en su entorno, teniendo en cuenta las implicaciones cirulatorias de la Ronda del Mig, República Argentina y Hospital Militar; recuperación de la pendiente natural de la plaza; mejora de la connectividad entre los barrios que rodean la plaza, y nuevo diseño de la zona, "pensada como lugar de encuentro, vinculada al nuevo conector verde del Hospital Militar, vertebrada por los flujos y usos peatonales y considerando la singularidad de los equipamientos del entorno, en particular la escuela". El acuerdo lo remata un punto que fija "constituir una comisión de seguimiento durante la redacción del proyecto ejecutivo".

Llegar hasta este acuerdo no ha sido fácil e incluso ha habido episodios de enfrentamiento entre los propios vecinos afectados. Ayer, el presidente de la asociación de vecinos Gràcia-Nord Vallcarca, Ramon Veciana, se mostraba satisfecho, pero calificaba el acuerdo de "tregua de cara a las elecciones". Hay acuerdo, pero no hay planos, plazos, ni presupuestos. Como dice Veciana, "queda mucha tela que cortar".

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