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Reportaje:

Un sitio digno donde llorar

Primer homenaje en el nuevo recinto a los casi 3.000 republicanos enterrados en una fosa común en Jaén

'Hemos derramado tantas lágrimas entre barro. Ya era hora de que, al menos, se pueda tener un sitio digno en el que llorar y recordar'. Estas palabras las pronunció ayer Carmen Parras, que es una de las mujeres que acudió al antiguo cementerio de Jaén para rendir homenaje a las 2.700 víctimas del franquismo que fueron fusiladas tras la Guerra Civil y enterradas en una fosa común que ahora se ha rehabilitado con fondos de los propios familiares y de militantes del PSOE y UGT. Hasta este año, los restos mortales de estas personas asesinadas estaban bajo una ladera del cementerio que se embarraba con cada lluvia y que carecía de signos que identificasen el lugar con una tumba.

María Sánchez, que tiene enterrados en la fosa a su padre y a su suegro, ha sido una de las principales impulsoras de la rehabilitación y arreglo de la fosa común en la que tan sólo se ha identificado a 1.416 personas. Ella, como cientos de familiares, ha acudido cada año a recordar a los fusilados y una vez tras otra lamentar el estado de abandono de la fosa común en la que reposa la memoria de una generación. Ayer se pudo rendir homenaje en un suelo embaldosado, en un recinto que se ha cerrado con verjas, se han plantado flores y se ha colocado una columna conmemorativa de las víctimas recogida de entre los elementos abandonados del cementerio. 'Nunca conseguirá nadie que nos olvidemos de los nuestros y de cómo fueron asesinados', aseguró Sánchez. En el acto no hubo ningún representante del gobierno municipal de Jaén, del Partido Popular.

El momento emotivo lo puso el cantautor Paco Ibáñez, con su interpretación de Andaluces de Jaén. Grupos de familiares llegados de distintos puntos de España se emocionaron con la canción y reviviendo los duros momentos en los que, aún niños, perdieron a padres, hermanos y amigos.

La agrupación del PSOE de la localidad de Torredelcampo propuso hace años rehabilitar la fosa común de los fusilados. Con el empuje de las agrupaciones locales y de los familiares se consiguió suficiente dinero para habilitar la fosa y evitar que sobre ella cayese cada año tierra desprendida de la parte alta del cementerio.

Proyectos anteriores

No es ésta la primera rehabilitación que se hace de la fosa común, pero sí la más importante. La primera la promovió Cándido Méndez, el padre del actual secretario general de UGT, que estuvo presente en el acto de homenaje. En una corta intervención Méndez recordó la memoria de todos los que fueron asesinados por defender la libertad.

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Cada una de las personas que tiene enterrados familiares en la fosa común colabora económicamente a través de una cuenta bancaria para continuar con las obras de mejora. Para el próximo año quieren tener una lápida con los nombres de todos los que han sido identificados, y una escultura que recuerde su memoria. Pero lo tendrán que hacer solos, sin la colaboración del Ayuntamiento de Jaén, según aseguraron algunos parientes de los fusilados. 'Nos dicen que no hay dinero para hacer algún monumento conmemorativo, pero lo que quieren es que todo esto se olvide'.

Los familiares de los fusilados están empezando a reclamar la identificación de todos los enterrados y la recuperación de los restos que todavía quedan bajo la tierra. 'Aunque lo que nos quede sea un amasijo de harina, queremos tener los restos de nuestros familiares para que sean enterrados con los suyos', dijo Sánchez.

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