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COYUNTURA INTERNACIONAL

El paraíso perdido

El atentado de Bali amenaza con desestabilizar las economías de la región

'Estoy muy preocupado por los negocios del próximo año', afirma Chanin Donavanik, director ejecutivo de Dusit Thani, la tercera operadora de hoteles más grande de Tailandia. 'Si la gente no se siente segura, no importa lo que hagamos, no van a viajar'. No es para menos. Las acciones de Qantas Airways y Singapore Airlines han sufrido importantes pérdidas por la tragedia de Bali. Air Paradise International, con sede en Bali, que iba a empezar a volar este mes, ha anunciado que deberá reembolsar más de 10.000 billetes. Bali Inter-Continental Resort, de Six Continent, afirma que ha recibido cancelaciones, sin especificar cuántas.

La explosión del pasado día 12 en la playa Kuta de Bali ha sido el primer atentado terrorista en una isla mayoritariamente hindú, que, hasta ahora, había sido inmune a la violencia que ha surgido en otras partes del país. Los rebeldes están combatiendo al Gobierno de Yakarta para establecer un Estado islámico en Aceh y se han registrado enfrentamientos entre cristianos y musulmanes en otras partes del archipiélago.

El ministro de Defensa de Indonesia, Matori Abdul Djalil, afirma que el atentado de Bali está vinculado con la red terrorista de Al Qaeda. Y, además, sucedió justo cuando el crecimiento económico de la región estaba frenándose. La economía de Singapur se contrajo a un ritmo anual del 10% en el tercer trimestre. Algunos analistas piensan que las pérdidas aumentarán como consecuencia del atentado. En definitiva, el atentado islámico genera el temor de que el sector turístico de Indonesia, que aporta 5.400 millones de dólares al año y constituye el 5% de la economía del país, según Standard & Poor's, se vea afectado. Y es que Bali representa el 40% de esos ingresos turísticos.

Crisis sobre crisis

Llueve sobre mojado. El turismo en la región ya se había visto afectado por los atentados terroristas del año pasado en Estados Unidos. En Singapur, una de cada cuatro habitaciones de hotel se encontraba vacía. El gasto de los turistas había caído un 15% el año pasado. En Malaisia, el número de turistas disminuyó el 7,2% en los primeros siete meses de este año.

Las inversiones en centros comerciales y parques temáticos probablemente disminuirán también, porque los inversores podrían transferir sus fondos a lugares como China y Corea del Sur.

Singapur, así, podría verse beneficiada por la percepción de que es más seguro que la vecina Indonesia. Así, una conferencia del sector petrolero, que estaba programada en Bali para el 24 de octubre, se transferirá a Singapur. No obstante, los agentes de viajes confiesan que están preocupados por las cancelaciones, porque muchos turistas tienden a usar Singapur como conexión para tomar vuelos en la región.

Pero no es el único problema. La rupia de Indonesia, el dólar de Singapur, el peso de Filipinas y el baht de Tailandia han caído y se han convertido en algunas de las monedas con peor evolución del mundo en estos días.

El terrorismo, en definitiva, puede mantener alejados a los turistas y desalentar a los inversores que planean arriesgar su dinero en toda la región del sureste asiático.

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