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La mirada satírica de George Tabori sobre Hitler llega a Viena

La obra se representa en el albergue donde el Führer vivió tres años

El dramaturgo George Tabori relata en su cómica y mordaz Mein Kampf la paradójica amistad del jóven Hitler con un viejo judío. Ambos comparten dormitorio en el albergue para hombres sin recursos en el que Hitler pasó tres años fundamentales de su vida. El albergue, situado en la Meldemannstrasse de Viena, y donde todavía viven vagabundos y alcohólicos, sirve hoy de emblemático escenario para representar la obra de Tabori.

A la directora de teatro Tina Leisch se le ocurrió llevar la obra de George Tabori a su escenario original después de leer en las páginas de la revista Augustin (que venden por las calles de Viena los sin techo) que el centenario albergue cerrará sus puertas en 2003. Fundado en 1905, había sido un asilo modelo. Según la historiadora Brigitte Hamann, autora de La Viena de Hitler, seguramente fue allí la primera vez que dispuso de luz eléctrica aquel joven provinciano que, en la capital del imperio austrohúngaro, vio frustrado su anhelo de convertirse en pintor y se quedó viviendo en el albergue entre febrero de 1910 y mayo de 1913, nutriéndose de frustración, rencor y lecturas antisemitas.

Intrusos

Ahora, entre los muros de la Meldemannstrasse y hasta el próximo 9 de noviembre, se representa la arriesgada acrobacia entre tragedia y comicidad de Mein Kampf. Estremece más que nunca. El espectador entra como un intruso en casa ajena. Para llegar al lugar de la representación tiene que pasar por el salón de estar donde los residentes (en total unos 300) matan el tiempo mirando la tele y tomando cerveza. Algunos de ellos entran en escena. Se representan a sí mismos actuando en papeles secundarios junto a los actores profesionales. Los directores, Liesch y Hubsi Kramar, permiten que todos los sin techo que quieran participen, ya sea como actores o espectadores con entrada libre. Consideran que esta puesta en escena es un acto político para denunciar la miseria de los desamparados y para que nadie olvide que el holocausto también incluía la aniquilación de los así llamados 'asociales'.

Sin perder su carácter metafórico, la obra que el mismo Tabori calificó de 'farsa teológica' se vuelve aquí más cruda de lo acostumbrado. De todas formas, 'el humor no es cosa de risa', y 'si el teatro quiere sobrevivir, debe ocuparse más de la realidad que del teatro', dice Tabori, judío húngaro nacido en 1914 , que perdió a su padre y parte de su familia en el holocausto, adquirió nacionalidad británica, luchó contra los nazis, pasó por Hollywood y, bajo las enseñanzas de Bertolt Brecht, se convirtió en uno de los autores y directores de teatro más destacados de la lengua alemana y en el más anciano todavía en acción.

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