'Las películas americanas son estúpidas'
Neil Jordan (Dublín, 1950) cree en la suerte como en la luz del sol. 'Claro que creo, si está ahí'. Ayer, al menos, eso era verdad. El director se encontró en San Sebastián con dos de las cosas en las que dice creer: la suerte de inaugurar la 50º edición del Festival de Cine con su película Un buen ladrón, y un sol y luz radiantes, que le permitieron desayunar frente al mar un pincho de tortilla de patata mientras concedía las entrevistas.
'Un buen ladrón indaga en cómo la suerte vuelve a la vida de un hombre', explicó el realizador irlandés. El filme, inspirado en el clásico Bob el jugador, de Jean-Pierre Melville, reúne a actores americanos, franceses y británicos, con Nick Nolte a la cabeza, en una producción americana rodada en Europa. Un buen ladrón narra la historia de Bob Montagnet (Nick Nolte), un jugador drogadicto y ladrón que ha acabado arruinado y sin suerte en el sur de Francia, hasta que un día decide protagonizar un gran robo en el casino de Montecarlo con la ayuda de unos cuantos compinches. En el filme intervienen también el actor francés Tcheky Karyo, el británico Ralph Fiennes o el bosnio Emir Kusturica.
'La película de Melville era una maravilla, pero la historia la encontraba algo floja. Cuando me encargaron la adaptación no lo tenía muy claro. Lo que sí me gustaba era el hecho de que la cinta mostraba cómo un hombre va evolucionando a mejor', explicó Jordan, quien confesó que con este filme ha querido rendir un claro homenaje al cine europeo de los años cuarenta y cincuenta sobre el mundo del hampa.
Con esta película, la decimotercera de la carrera de Neil Jordan, el realizador consigue algo que ha perseguido desde siempre: hacer cine en Europa, pero con dinero de Hollywood. El director reconoce que todo se lo debe al éxito de tres de sus filmes: Mona Lisa (1986); Juego de lágrimas, con la que consiguió el Oscar al mejor guión original en 1992, y Entrevista con el vampiro (1994).
'Los estudios de Hollywood quieren trabajar con cineastas europeos, pero que les hagan películas americanas', explica. 'Yo prefiero trabajar en Europa financiado por Estados Unidos, pero eso es muy difícil. El cine americano está atravesando un mal momento; no es sólo una opinión mía, hay mucha gente que está de acuerdo en ello. Sus películas me dan vergüenza, son estúpidas. Es muy difícil ver personajes reales hoy en el cine americano. Todos los padres son los mejores amantes de sus hijos. A mí me gusta la gente más real, más verdadera, y la verdad está en muchas ocasiones en el alcohol, las drogas... No niego que haya en Hollywood muy buenos directores, pero hoy por hoy las únicas películas interesantes que se hacen en Estados Unidos son muy pequeñas, siempre de menos de diez millones de dólares', continúa.
Lleva el pelo corto sin peinar y toma con ganas la tortilla de patata y el café, mientras habla maravillas de Nick Nolte y le disculpa por su detención hace unos días por conducir borracho en Estados Unidos. 'Toma unos medicamentos que le producen cansancio...., ha podido ser eso', asegura Jordan, quien compara al actor con los grandes clásicos del cine como Humphrey Bogart, Jean Gabin o Robert Mitchum. 'Le he conocido en esta película, pero he encontrado a un hombre maravilloso y un actor auténtico, que en los últimos ocho años se ha negado a hacer películas comerciales'.
Y ahora, mientras espera financiación para su millonario proyecto sobre la familia Borgia -'está aparcado porque es muy caro', explica-, ha retomado su inicial profesión, la de escritor, aquella que medio abandonó para dedicarse al cine. Está en pleno proceso de escritura de una novela sobre fantasmas. 'El cine afecta a mi escritura, pero tiene muy mala influencia. Para escribir necesito concentrarme durante un año y dedicarme en exclusiva a ello. Además, la novela en la que estoy inmerso es muy complicada. Es sobre una mujer obsesionada por los fantasmas. Cuando muere, descubre que ella misma es ese fantasma', concluye.
