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El Gobierno vasco dobla las ayudas del Estado a los partidos

Euskadi es la única comunidad que suma subvenciones a las concedidas por el Estado

El Tribunal de Cuentas ha vuelto a cuestionar en su último informe sobre la contabilidad de los partidos políticos, correspondiente a 1999, la subvención extra que el Gobierno vasco concede a las formaciones con implantación en Euskadi para sus gastos de funcionamiento ordinario. El País Vasco es la única comunidad autónoma que concede este tipo de ayudas a los partidos, que ya la perciben a través del Gobierno central. La subvención del Ejecutivo vasco, que ha permitido a Batasuna recibir desde 1995 más de dos millones de euros y burlar el bloqueo financiero estatal, 'desvirtúa', en opinión del Tribunal de Cuentas, la Ley Orgánica de Financiación de Partidos y ocasiona desigualdades entre las formaciones políticas.

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La ayuda que el Gobierno de Vitoria concede a las formaciones políticas vascas viene siendo denunciada año tras año por el Tribunal de Cuentas porque no está prevista en la Ley Orgánica de Financiación de los Partidos Políticos. Esta inyección extra, que arranca del año 1991, supuso en 1999 unos 500 millones de pesetas (3 millones de euros). El PNV recibió 855.090 euros; el PP, 626.616 euros; Euskal Herritarrok (Batasuna), 554.400; el PSE, 547.923; EA, 258.324; IU, 112.529, y Unidad Alavesa, 50.175. Batasuna burla por esta vía el bloqueo de la financiación que le ha impuesto el Gobierno central por su supuesta vinculación con ETA. La formación que lidera Arnaldo Otegi ha percibido así más de dos millones de euros del Gobierno vasco desde 1995.

El Tribunal de Cuentas intensifica en esta ocasión sus críticas a las ayudas que el Gobierno de Vitoria concede para su funcionamiento a los partidos de su territorio. Una crítica, al menos desde 1995, que hasta ahora venía siendo una fría letanía en los informes anuales de este organismo: 'Esta financiación no está incluida en la ley orgánica de 1987', solía repetir. La ley de financiación de los partidos cita como única fuente financiera pública para su 'funcionamiento ordinario' las subvenciones estatales anuales, que reciben en función de su presencia en el Parlamento nacional.

De estas ayudas se benefician, por tanto, partidos vascos como PNV o EA e, indirectamente, las organizaciones territoriales en Euskadi de formaciones como el PP, el PSOE o IU. Batasuna tiene congeladas las ayudas estatales desde 1987. El proceso de bloqueo lo ejecutó el PSOE utilizando como argumento que los electos de esta formación no adquirían la condición de parlamentarios. Reiteradas sentencias de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo obligaron a la Administración central a pagar las subvenciones denegadas, que suman al menos unos 1.000 millones de pesetas (seis millones de euros), pero el Gobierno ha ignorado estas sentencias.

La ley establece que los pagos anuales a los partidos son incompatibles con toda otra ayuda pública, salvo las destinadas a costear campañas electorales o el funcionamiento de grupos parlamentarios nacionales o autonómicos.

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El Ejecutivo vasco no disimula que su ayuda a los partidos es exclusivamente para su 'funcionamiento ordinario'. Ante tan pertinaz inyección económica extra, el máximo órgano fiscalizador del gasto público eleva el tono de su crítica en su último informe: 'Estas vías de financiación, no previstas en la ley orgánica 3/87, además de desvirtuar el carácter específico otorgado a esta ley por razón de la materia, quiebran la unidad normativa e incorporan un inadecuado grado de determinación en la cuantificación total de la financiación pública a percibir por las formaciones políticas, junto a un tratamiento dispar entre las mismas'. Y resalta que 'únicamente' el Gobierno vasco concede estas subvenciones fuera de la ley.

La suma de la ayuda estatal y del Gobierno vasco que recibe cada partido en Euskadi pone cifras a tal acusación de 'tratamiento dispar'. El PNV aumenta en un 115% sus fondos públicos para funcionamiento y EA los incrementa en un 113%. El partido que lidera Xabier Arzalluz suma a sus 740.539 euros de ayuda estatal los 855.090 de fondos autonómicos. Su socio de Gobierno, EA, añade a los 227.954 euros de subvención estatal otros 251.324 euros de las arcas vascas. El Ejecutivo de Vitoria reparte estas ayudas conforme a los 'criterios' de la ley orgánica de 1987, pero 'tomando como base los resultados electorales de las últimas elecciones autonómicas'. La referencia no es el Parlamento nacional, en contra de lo que marca la ley, sino el vasco.

Este fondo es un balón de oxigeno para Batasuna. Euskal Herritarrok cosechó de Ajuria Anea en 1999 su única ayuda pública para funcionamiento (554.400 euros). A ello sumó subvenciones electorales autonómicas: 885.181 euros en 1999; y de las diputaciones forales: 268.474 euros.

El Tribunal de Cuentas cuestiona con igual énfasis y literalidad las ayudas de los ayuntamientos para funcionamiento de sus grupos locales. Entre HB y EH sumaron por este concepto 714.187 euros en 1999.

En conjunto, por vías de financión no estatal, HB percibió en el ejercicio auditado más de 3 millones de euros de fondos públicos.

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