Telefónica se repliega
Alierta, tras dos años de gestión, acomete una profunda reorganización de la compañía, que abandona la expansión geográfica y la diversificación y se centra en el negocio tradicional
César Alierta cumplió el pasado viernes dos años como presidente de Telefónica, y lo ha celebrado dando la vuelta completa a la compañía, que ha pasado de presentar ganancias a publicar 5.574 millones de euros de pérdidas semestrales, las mayores registradas por una compañía española.
El cambio había ido tejiéndose poco a poco, hasta desembocar esta semana en una profunda reorganización. Telefónica retorna a sus orígenes, se centra en el negocio tradicional de telefonía fija y móvil, y abandona la diversificación y la expansión geográfica. Para ello no sólo se ha producido un baile de ejecutivos, sino que la operadora ha congelado los proyectos de tercera generación UMTS, para lo que ha tenido que provisionar 6.552 millones de euros -el origen del vuelco en la cuenta de resultados-, ha reducido su inversión en más de un 30% y ha declarado prácticamente no estratégico todo aquello que no tenga que ver con la actividad tradicional de telefonía.
En la picota está hasta el grupo de comunicacion montado a golpe de talón por su antecesor, Juan Villalonga, que incluye entre sus participadas, entre otras, a Antena 3, Endemol y Onda Cero. Filiales como Terra o Mediaways adelgazarán, e incluso se plantea una desinversión en Lycos. La salida de los medios de Argentina se da por segura, aunque acarreará grandes pérdidas.
La presión de los analistas tras el derrumbe de la acción y, sobre todo, de las agencias de calificación, provocaron, primero, la corrección de las cuentas en la Bolsa de Nueva York acogiéndose a la normativa contable de Estados Unidos y, luego, el anuncio de una reorganización que, tras momentos de incertidumbre, ha sido bien acogido por el mercado. La acción ha subido un 18,1% en dos días.
