'La solución es que el Gobierno no nos envíe ni un inmigrante más'

El alcalde de Las Palmas, José Manuel Soria, considera insostenible la presencia de cientos de inmigrantes irregulares en esta ciudad. Su decisión de pagar a decenas de ellos un billete a Madrid provocó una encendida polémica.

Pregunta. ¿Cuál es la situación actual y cómo se ha llegado a ella?

Respuesta. La situación es insostenible. Las pateras no llegan aquí, llegan a Lanzarote y Fuerteventura. Pero entiendo que ambas islas no pueden asumir exclusivamente el coste. Por eso cuando se me planteó un centro de acogida de inmigrantes, nosotros dimos el sí. Pero ese centro se ha convertido en el único de Canarias. Y eso justifica que, una vez transurridos los 40 días de retención, la secretaría de Estado para la Inmigración los envía aquí. Pero no envía sólo los 154 que caben en el centro. Es verdad que muchos de ellos son repatriados luego. Y mientras están aquí en las calles, para los vecinos, los comerciantes, los restaurantes están causando un perjuicio gravísimo porque están concentrados en el parque de Santa Catalina y la zona de la playas de Las Canteras que son muy céntricas, muy turísticas. Los vecinos me han dicho: 'Alcalde, ya no aguantamos más y tiene usted tiene que impedir que se sigan enviando inmigrantes ilegales aquí más allá de la capacidad de acogida que tenemos'.

'La ciudad ha demostrado una paciencia infinita, pero ¿hasta cuándo puede soportar esta presión?'

P. ¿Y el resto?

R. Que se quede en Fuerteventura y Lanzarote y que sean repatriados desde allí. Pero además, ¿quién tiene la obligación de acogerlos y atenderlos?: el Gobierno de Canarias. En otras comunidades los Gobiernos tienen recursos y aquí el de Coalición Canaria no los tiene.

P. Pero sí hay centros.

R. Pienso que no tienen centros en Las Palmas porque creen que haciendo daño a la ciudad me están haciendo daño a mí, porque soy alcalde del PP.

P. Ésa es una política de desgaste a largo plazo, porque las municipales son el 25 de mayo.

R. De hecho eso se le está volviendo ya en contra. La gente no es tonta. Sé que a veces puede resultar políticamente incorrecto recordarle al Gobierno de Canarias sus obligaciones, pero tiene que acogerlos y atenderlos. Como no lo hace, al final, es el Ayuntamiento el que les da de desayunar, comer y cenar; son los servicios de limpieza municipales los que cada mañana limpian la zona. Pero ¿cuánto puede sostener esta ciudad esta presión, que llevamos así 15 meses? La ciudad ha demostrado una paciencia infinita.

P. ¿Cuál es la solución inmediata?

R. Que el Gobierno central no envíe ni un sólo inmigrante más a Las Palmas desde Lanzarote y Fuerteventura.

P. ¿No puede ocurrir que alimente un sentimiento xenófobo?

R. Mi discurso no es en absoluto xenófobo. Yo digo que en Canarias estamos muy acostumbrados a convivir con razas, religiones, orígenes y continentes. No hablo de esa inmigración que ha venido por los cauces legales a lo largo de muchos años. Hablo de los que vienen ilegalmente buscando una oportunidad que luego no es oportunidad ni es nada, ni siquiera para los que estamos aquí. Si se me dice que soy xenófobo por decir que no es lo mismo que vengan legal o ilegalmente, entonces hablamos de otra cosa. Hay 500 millones de subsaharianos queriendo venir a Europa de la manera que sea. Si alentamos aquí que es lo mismo una cosa que otra....

P. El Gobierno central alega que no hay más remedio que aceptar una bolsa de inmigración ilegal creciente porque no se puede repatriar a muchos irregulares.

R. Soluciones sencillas no hay, ni las pido. Pero en Las Palmas la primera medida que hay que tomar es que no se cree un problema aquí para resolverlo en otro lado. Luego para repatriar hace falta la admisión del país receptor. Reconozco que de los 1.000 inmigrantes ilegales que cada mes entran en Canarias en patera, se está repatriando un porcentaje muy elevado. Pero ahora, tras los acuerdos de Sevilla, no se va a firmar ningún acuerdo con un tercer país si no hay una cláusula clara de lucha contra la inmigración ilegal.

P. Las pateras no van a parar.

R. Las pateras parten de Marruecos y las relaciones con Marruecos están como están y gran parte de esas relaciones están así porque algunas comunidades autónomas han estado jugando con los temas del Sáhara. Aquí, por ejemplo.

P. ¿Cree que se puede estar creando un caldo de cultivo que propicie un estallido social?

R. Espero que no pero es lo que me trasmiten los vecinos. Intento poner calma, pero sí se nota tensión.

P. ¿Ha logrado hablar ya de este asunto con el secretario de Estado para la Inmigración, Enrique Fernández Miranda?

R. La gestión del problema la estoy haciendo con el vicepresidente primero [Mariano Rajoy] y varios ministros. Éste es un tema, sin negarle nada a Fernández-Miranda, que ha llegado a un punto que hay que tratarlo directamente con el Gobierno y el secretario general de mi partido.