Mezquitas
El pasado jueves leí la noticia de que el Ayuntamiento de Premià había aparcado el proyecto de la mezquita y proponía ceder una escuela en desuso como oratorio para los musulmanes. Lamento que el deseo del colectivo musulmán haya desencadenado otro brote racista y xenófobo. Pero todavía lamento más la actitud poco firme que he observado, a pesar de las retóricas palabras de apoyo de siempre, tanto por parte del principal partido de la oposición -la alcaldesa es socialista- como por parte de la Generalitat. Si se poseen los requisitos legales para erigir la mezquita debe concederse el permiso pertinente sin más. La ley es igual para todos, por eso vivimos en un Estado de derecho. Lo cual me recuerda que hace unos meses leí una noticia sobre la comunidad cristiana de Egipto llamada copta. A esa comunidad las autoridades egipcias le impedían, por medio de cualquier subterfugio legal, la posibilidad de construir nuevos templos cristianos. Pues bien, la tolerante, progresista, moderna y ejemplo de integración - hablo de Cataluña- impide el ejercicio de un derecho fundamental consagrado en nuestra constitución, a saber, el artículo 16, que garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades...'.
