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Reportaje:

Coraje andaluz

Reyes Rincón

'Quien creyera que en Andalucía no había actores, ¿qué habrá pensado al ver Padre Coraje?', advierte Alberto González, de 48 años, extremeño afincado en Andalucía desde hace tres décadas. Alberto interpreta al comisario Ferrero en la serie televisiva del sevillano Benito Zambrano que emitió Antena 3, con gran éxito de crítica y audiencia, entre el 13 y el 15 de marzo pasados. Un director y 102 actores andaluces, desde el joven asesinado en la gasolinera a sus padres, sus supuestos asesinos y todos los personajes que deambulan por el submundo en el que se cuela Padre Coraje para reconstruir la muerte de su hijo.

'Benito ha ofrecido en bandeja a todos los directores de casting de España una plétora de actores magníficos', afirma Alberto González, para quien los encargados de confeccionar habitualmente los repartos 'acaban haciéndose funcionarios'. 'No quieren actores', asegura, 'sino caras conocidas. Dicen que no hay actores, pero lo que pasa es que no buscan. Prefieren quedarse con las cuatro caras de siempre'.

Vicente Romero: 'He pasado de no tener oportunidades a que mi oficio me dé satisfacciones'
Daniel Núñez: 'En las escuelas enseñan a autogestionarse, porque no se puede vivir del aire'
Antonio de la Torre: 'Antes o después, para un actor es casi obligatorio hacer los madriles'

En las cinco horas de Padre Coraje, para las que Zambrano probó a casi 800 actores, hay una sola cara casi unánimemente conocida, la de Juan Diego; otras, que ya empezaban a sonar, como la de Antonio Dechent, candidato a mejor actor de reparto en la última edición de los premios Goya por su papel en Intacto, de Juan Carlos Fresnadillo; alguna otra resulta familiar por series de Canal Sur o por pequeños papeles en teleseries de ámbito nacional, pero la mayoría eran absolutos desconocidos hasta el 13 de marzo. Al día siguiente, algunos ya eran personajes públicos. La serie había gustado, pero del primer capítulo de Padre Coraje había impactado, sobre todo, el nivel de interpretación. Vicente Romero, sevillano de 33 años, intuía que la obra iba a tener repercusión, pero no podía imaginar que iban a organizarse concursos radiofónicos de imitadores de El Maquea, su personaje en la serie. 'Yo no sé lo que va a durar esto, pero, por lo menos, he pasado de no tener oportunidades a que mi oficio me dé satisfacciones, algo de dinero y ver un poco de luz'. Vicente llegó al mundo de la interpretación por casualidad cuando tenía 20 años. Era mal estudiante, pero iba casi todas las tardes al instituto para mirar a una chica que le gustaba y que participaba en la compañía de teatro del centro. Un día, le instaron a cubrir una baja repentina en una actuación. Tenía un texto de cinco o seis minutos y sólo dijo una frase. 'Hice el ridículo, pero le cogí el gusto', recuerda. Fundó una compañía independiente con otros dos compañeros sevillanos, con la que llevaron a escena La sopa boba, una tragicomedia que escribió hace tres años. Luego tuvieron que parar el proyecto por falta de presupuesto. Desde entonces, ha tenido 'mil oficios'. Desde actor en Isla Mágica a camarero. Ahora vive a caballo entre Sevilla y Madrid para aprovechar las puertas que se le han abierto en el cine y la televisión desde que Padre Coraje se vio en Vía Digital, en mayo de 2001. La necesidad de emigrar para ganarse la vida es compartida por la mayoría de los jóvenes intérpretes andaluces. 'Antes o después, para un actor es casi obligatorio hacer los madriles', asegura Antonio de la Torre, el Loren de Padre Coraje. No obstante, Antonio, de 33 años, es de los que creen que Internet y el Ave facilitan las cosas. Él, además, compagina su trabajo como actor con el de periodista deportivo en Canal Sur Televisión. Su primer papel fue en 1993, en la serie Lleno por favor, y desde entonces ha tenido pequeños papeles en algunas de las películas españolas con más renombre de los últimos años, como Hola, ¿estás sola?, Torrente, el brazo tonto de la ley y La comunidad. Pero asegura que el papel de su vida le ha llegado con el Loren, uno de los supuestos implicados en el asesinato de la gasolinera. Al tercero de los sospechosos, el que se quedó esperando en el coche, le da vida Daniel Núñez, sevillano de 37 años que se fue a Madrid a estudiar cine después de trabajar 17 años en Telefónica. Desde que vio Solas se había propuesto trabajar con Benito Zambrano, pero la oportunidad le llegó 'de pura casualidad'. Un día se encontró a una amiga a la que nunca veía y le comentó que Zambrano iba a hacer un casting. Se presentó y le dieron el papel de Vicente. Ahora está escribiendo dos obras de teatro y el guión de un largometraje. 'Tengo buenas expectativas para actuar, pero nada confirmado', dice, 'pero en las escuelas de cine o teatro una de las cosas que te enseñan es a autogestionarte, porque no se puede vivir del aire'.

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El padre de la película y la familia ficticia de la víctima

En su segundo trabajo como director, el sevillano Benito Zambrano, de 37 años, ha vuelto a llenar la pantalla de caras andaluzas. 'No es cuestión de nacionalismo', asegura, 'sino de la necesidad de hacer más creíble la historia. El habla andaluza, la manera de gesticular, la forma de ser, son rasgos que si fallan pueden hacer que la historia no convenza'. 'Si un día ruedo en el País Vasco o Cataluña buscaré allí a los actores', subraya. Y como en Solas, su primera película, el director sevillano se ha decantado de nuevo por nombres desconocidos para el gran público. 'El factor sorpresa puede gustarle más al espectador que las caras de siempre', afirma Zambrano, para quien, además, las caras 'poco vistas' ayudan a darle más autenticidad a la historia. De los más de 100 actores de Padre Coraje, el único nombre en el que se pensó desde el principio fue en el de Juan Diego en el papel de Antonio Delgado, el padre del joven asesinado. Y se pensó en él porque no había muchos más de sus características. 'Que un buen actor andaluz llegue a los 50 años como profesional no es tan normal', asegura. Para el papel de la madre, sin embargo, Zambrano optó por Mariana Cordero, una cara más anónima, aunque igual de veterana. Sevillana de 52 años, lleva 30 dedicada al teatro; cuando se presentó al casting de Padre Coraje llevaba dos años parada. Salió de la prueba convencida de que no la cogían y se fue reafirmando en su pesimismo a medida que pasaban las semanas sin que Zambrano volviera a dar señales de vida. Al final, se marchó a la playa para desconectar, pero a pesar de que odia los teléfonos móviles se pasó un mes 'pegada' al aparato. 'Me lo llevaba hasta cuando iba a pasear, por si Benito llamaba', recuerda. Un día, el teléfono sonó por fin. 'Te he dado el papel de la madre', le dijo Zambrano. '¡Júramelo!', le espetó ella. Ha sido profesora de interpretación durante 12 años y desde los 20 a los 35 ha viajado en furgoneta por todo el país con montajes de teatro. 'Ya no me apetece volver a esta etapa', dice. 'He vivido 32 años del teatro y si no puedo seguir haciéndolo habrá que buscar otra cosa'. Aunque lo suyo es el teatro, asegura que no reniega de nada y que hay que poner la profesión al servicio del medio. Ahora tiene pendiente una película con Fernando Colomo que se rueda en Granada. José Luis García Pérez, sevillano de 29 años, interpreta a Luis, el hermano del joven muerto. Un papel importante, pero que no cree que vaya a cambiarle la vida. 'El papel de Luis será un referente, pero esto seguirá siendo igual de duro', asegura. No obstante, considera que a Benito Zambrano 'hay que ponerle una estatua' por su confianza en los actores autóctonos. 'Ya está bien de demostrar cosas', arguye, 'con Solas y Padre Coraje ha quedado claro que los andaluces no sólo valemos para interpretar a guardias civiles, criadas y ladronzuelos graciosos'.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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