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CONFERENCIA DE MONTERREY

Alemania debate una nueva versión de la 'tasa Tobin'

Alemania llega a la cumbre de Monterrey con un precipitado aumento de su ayuda al desarrollo -decidido a contrarreloj la semana pasada- y con un estudio en el que se aboga por una introducción regional de la llamada tasa Tobin sobre los flujos especulativos de capital.

Esta propuesta, formulada por Paul Bernd Spahn, profesor de la universidad de Frankfurt presenta una novedad respecto a ya clásica tasa sobre las transacciones financieras, ideada por el Nobel fallecido la semana pasada, James Tobin. El documento de Spahn propone un gravamen que diferencie las transacciones a corto y a largo plazo. A las compraventas al contado y de futuros con una duración menor de un mes, se les aplicaría una tasa del 0,01% además de una sanción para los casos de especulación extrema. Las inversiones a largo plazo estarían, sin embargo, exentas de cualquier tipo de impuesto. Para Spahn, no tiene sentido fijar una tasa baja (como la que propuso Tobin) para todas las transacciones, ya que, a su juicio no penalizaría lo suficiente la especulación y sin embargo afectaría a los flujos de capital a largo plazo.

El documento del académico no cuenta con el respaldo pleno del Gobierno alemán. Es defendido por la ministra de Cooperación Económica, HeideMarie Wieczorek Zeul, quien encabezará la delegación alemana en México, pero despierta una abierta hostilidad en el ministro de Finanzas, Hans Eichel, quien, al igual que el canciller, Gerhard Schröder, no asistirá a la cumbre.

Ayuda al desarrollo

Para no llegar a Monterrey con las manos vacías y para apaciguar los ánimos de los socios europeos en vísperas de la cumbre de Barcelona, Berlín terminó accediendo el jueves pasado a que la Unión Europea se comprometa a incrementar, de aquí a 2006, hasta una media del 0,39% de su producto interior bruto (PIB) las ayudas al desarrollo. Para Alemania, esto significa que el país en este periodo tendrá que pasar del actual 0,27% del PIB al 0,33%, lo que equivale a cerca de 1.300 millones de euros adicionales. El consentimiento a esta decisión fue forzado por el mismo canciller, Schröder, en contra de la opinión de Eichel, quien tiene que contar cada céntimo para no toparse con los límites impuestos al déficit público por el Pacto de Estabilidad europeo.

Expertos de Organizaciones No Gubernamentales, como Peter Wahl, aseguran que la ministra tiene muy buenas intenciones, pero que el Gobierno no ha dado prioridad alguna a la ayuda al desarrollo, con la excepción de su impulso a la condonación de la deuda exterior de los países más pobres.

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