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Vitoria saca el tranvía a debate con el acuerdo de instituciones y partidos

Una encuesta sondeará a los ciudadanos sobre los tres posibles trazados

Durante todo el mes de febrero el tranvía estará en la calle en Vitoria, tanto físicamente -con la maqueta de un vagón y la exposición pública del proyecto- como a través del debate social que las instituciones quieren propiciar sobre su conveniencia y posibles trazados. Gobierno, Diputación foral, Ayuntamiento y todos los partidos políticos han conseguido ahora un inusual consenso favorable a su implantación, cuatro años después de que la anterior corporación municipal descartara la idea.

En esta ocasión el viento sopla definitivamente a favor de la llegada del tranvía a la capital alavesa. La presentación, ayer, de la exposición que permanecerá abierta todo el mes en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa (Paseo de la Florida s/n), y en la que se muestran los tres recorridos propuestos y detalles técnicos, fue un inusual punto de encuentro de instituciones y fuerzas políticas y sociales.

Esta demostración de respaldo pretende hacerse acompañar del apoyo ciudadano a través de una encuesta, en la que los visitantes deberán decantarse por uno de los trazados que se barajan. Sin embargo, las cartas están parcialmente marcadas, ya que el cuestionario se limita a una elección entre los tres recorridos propuestos y, además, no se ha definido en qué medida el resultado de estos sondeos será tenido en cuenta.

La decisión final se adoptará, en cualquier caso, por el Ayuntamiento, a pesar de que el Gobierno financiará el 65% del presupuesto, cifrado en 51,3 millones de euros (8.550 millones de pesetas). Los primeros trabajos de construcción no se pondrán en marcha antes del año próximo. Se centrarán en adecuar un recorrido de casi ocho kilómetros de doble sentido, que, en su tránsito por el ensanche, sea cual sea el trazado, afectarán la zona más conflictiva de la ciudad por su densidad de tráfico y población.

El modelo de convoy a escala real que desde ayer se puede visitar en la plaza de la Virgen Blanca responde al de un vagón de última generación, con acceso bajo para discapacitados y amplia superficie acristalada, con capacidad para 120 pasajeros. En una ciudad en la que el 80% de los desplazamientos no pedestres se realizan en vehículos particulares, la llegada del tranvía acarreará numerosos cambios. Los tres trazados estudiados supondrán la eliminación de entre 200 y 300 plazas de aparcamiento de superficie cada uno, tendrán una longitud de entre 7,6 y 8,5 kilómetros, y transportarán cerca de ocho millones de viajeros, frente a los más de doce que mueve la red de autobuses urbanos actualmente.

'Se han hecho ahora las cosas mejor [que hace cuatro años] porque se ha partido de un consenso más amplio', señaló el alcalde, Alfonso Alonso. Las únicas reticencias iniciales provienen de algunos colectivos vecinales afectados por los posibles recorridos.

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