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Ganaderos de Lleida realizaron masivas matanzas de cerdos antes de la declaración de peste en Vic

El sector porcino sospecha que el brote de peste de Osona comenzó hace semanas

El Departamento de Agricultura no tiene previsto realizar más sacrificios preventivos de cerdos en Lleida como consecuencia del rebrote de la peste porcina clásica (PPC) en tres granjas de Osona. Sin embargo, se sabe que los ganaderos de algunas comarcas leridanas eliminaron todos aquellos animales que habían llegado de la zona infectada entre el 1 de noviembre y el 4 de diciembre, sin esperar a que la Generalitat activara los mecanismos para erradicar la epidemia. Estos ganaderos temen que el brote de peste de Osona comenzara mucho antes de su declaración.

Fuentes del sector han calificado de 'jugada inteligente' la decisión de adelantarse a las medidas administrativas de sacrificar e inmovilizar los cerdos procedentes de las granjas sospechosas de tener el virus. Escarmentados por las dos últimas crisis sanitarias que ha padecido el sector en los últimos cuatro años, varios ganaderos y empresas integradoras de Lleida, concretamente de las comarcas del Segrià y la Noguera, acordaron eliminar los animales por su cuenta para no correr riesgos innecesarios. 'Hemos controlado la situación, pero no estaremos tranquilos hasta que hayan pasado tres semanas', manifestó un granjero que ha preferido mantenerse en el anonimato.

Los vaciados de granjas se llevaron a cabo entre los días 4 y 11 de diciembre, antes de que la Generalitat ampliara los sacrificios a todas las explotaciones que hubieran recibido animales de las granjas de Osona situadas dentro del área de vigilancia y protección de los tres focos declarados oficialmente.

La conducta de estos criadores de ganado porcino a espaldas de la Administración no ha sido correcta, pero tampoco puede tacharse de ilegal puesto que todos los animales eliminados -más de 5.000 en estas dos comarcas- fueron previamente analizados para descartar que estuvieran enfermos. También se extrajeron muestras de sangre a los cerdos que no procedían de zonas de riesgo. Los veterinarios no encontraron ninguna anomalía. 'Si no nos hubiéramos anticipado a la Generalitat, nos hubiéramos podido encontrar con un caso de peste en casa y ahora todos lo estaríamos lamentando', señaló la misma fuente.

Los lechones más pequeños fueron llevados al matadero y serán comercializados como tostones de Navidad o troceados; los de entre 20 y 25 kilos acabaron en una industria de destrucción de carnes, y los de mayor peso también fueron sacrificados en el matadero. De esta manera se ha reducido el peligro de contagio de la peste a la cabaña de porcino de Lleida y se ha evitado un quebranto económico al propio ganadero y a la Administración.

La misma fuente aseguró que tiene conocimiento de que ganaderos de otras comarcas de Lleida y del resto de Cataluña han actuado de la misma manera. 'Lo que ocurre es que nosotros no hemos perdido tanto tiempo esperando que las autoridades confirmaran algo que desde hacía días era una evidencia', añadió en referencia al primer sacrificio realizado por la Generalitat el 28 de noviembre en una granja de 1.200 cerdos en Sant Martí Sescorts de engorde, situada cerca de la de Calldetenes donde días más tarde se detectó el primer foco de peste. Oficialmente se dijo que los resultados habían dado negativo, pero fuentes veterinarias han asegurado que algunos animales presentaban la sintomatología propia de la enfermedad.

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Tras sacrificar el jueves 2.000 cerdos en dos granjas de Rocafort de Vallbona y Sant Martí de Maldà (Urgell), Agricultura cree que no quedan en Lleida más animales procedentes de la zona caliente de Osona. Entre los ganaderos de Lleida existe la opinión de que hay algo que no cuadra y que les lleva a sospechar que la peste, al igual que ocurrió con el brote del pasado mes de junio, podía llevar más tiempo en alguna granja de la provincia de Barcelona y que alguien la hubiera ocultado. Otra teoría para explicar el origen de este brote de PPC es que hay zonas como Valencia y Murcia en las que desde hace varios meses están utilizando vacunas contra la peste, una práctica que en la actualidad está prohibida por la Unión Europea. En este caso, los animales no tienen síntomas de la enfermedad, pero pueden propagar el virus.

Ahora, los técnicos del Departamento de Agricultura están estudiando todos los movimientos de ganado que se realizaron los últimos días en las comarcas con cerdos procedentes de Osona. Esta labor es especialmente complicada, ya que en sólo dos meses, un total de 85.500 cabezas de ganado porcino han sido trasladadas desde esta comarca hasta otros puntos de Cataluña.

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