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Reportaje:Aulas

Los libros llegan con el otoño

Un millar de estudiantes de pequeños pueblos almerienses participan en un plan de fomento de la lectura

La caída de las hojas de los árboles suele ser una de las principales características del otoño. Sin embargo, este otoño en los pequeños municipios almerienses de la Comarca del río Andarax ese fenómeno natural ha quedado eclipsado por otro tipo de hojas, más culturales y tintadas. Y es que, las hojas de los árboles han cedido protagonismo a las de los libros. Páginas y páginas que han llegado hasta las manos de aquellos chavales que, por vivir en localidades de menguada población, se ven en muchas ocasiones excluidos de esos programas de difusión de la cultura que de vez en cuando ponen en marcha las distintas administraciones.

En este caso el proyecto ha partido del departamento de Cultura de la Diputación. La idea era poner en marcha un plan de fomento de la lectura, un plan con una particularidad: llegar hasta los niños que viven en pequeños pueblos y que no tienen, por tanto, la opción de compartir conocimientos con otros muchos de su edad o de acudir a una biblioteca pública.

En el proyecto, desarrollado durante todo el mes de octubre, han participado más de 1.300 alumnos de cinco colegios públicos y de un Instituto de Enseñanza Secundaria de cinco municipios: Fiñana, Abla, Abrucena, Nacimiento y Gérgal.

Una feria del libro itinerante, para la que se ha contado con la colaboración de la Asociación de Libreros de Almería, ha posibilitado que pequeños y grandes (el proyecto pretendía llegar a todos los habitantes del pueblo, al margen de su edad) hayan tenido la posibilidad de acercarse de un modo divertido y carente de imposiciones a la lectura.

Para desdramatizar el hecho de acercarse a los libros uno de las actividades con más éxito ha sido la del cuentacuentos. A esa tarea se ha dedicado María Socorro Torre-Marín, una monitora de teatro que estos días se ha paseado por pueblos pequeños enfundada en un traje verde que rememoraba la figura de Peter Pan. Ella ha sido la encargada de azuzar las mentes infantiles con historias inventadas y de animar a los progenitores a seguir el ejemplo de la tradición oral para con sus hijos, primer paso para inculcarles el vicio de la lectura.

Nacimiento, una localidad de 541 habitantes, donde hay 19 niños, de entre 3 y 12 años escolarizados, ha sido uno de los pueblos que se ha sumado a este proyecto de fomento a la lectura. La plaza del pueblo sirvió de improvisado escenario para la actuación de la cuentacuentos y para la espontánea participación de los niños, unos pequeños que no siempre tienen la oportunidad de jugar en las calles del pueblo mientras aprenden sin saberlo.

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Este proyecto, que ha surgido este año con voluntad de continuidad, pretende que los más pequeños, aunque vivan en lugares apartados, tengan la oportunidad de comprobar todo lo que encierran los libros.

El objetivo parece cumplido a juzgar por las ansias de participación de los niños en todas las actividades y por la voluntad de regidores municipales como Basilisa Ibáñez, alcaldesa de Nacimiento, por que la actividad se mantenga.

Por el momento en Nacimiento, ya están preparando la inauguración de una biblioteca municipal. La mayoría de quienes acudan a ella ya contarán con el entrenamiento previo que les ha supuesto acercarse a la lectura de un modo lúdico, fuera de las aulas y de imposiciones lectivas.

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