Crítica a Renfe
El pasado sábado me disponía a coger el tren regional destino Cáceres que sale de Santa Justa en Sevilla a las 16.30 horas. Nos hicieron esperar otro que llegaba desde El Pedroso a las 16.51 h. Una vez desalojado nos montamos en él; a las 17.20 el interventor nos comunicó que el mencionado tren 'se había quedado tirado' sin salir siquiera, con lo que nos tuvimos que bajar del anterior y montarnos en un tren de cercanías que nos llevaría a Los Rosales, donde un autobús nos estaría esperando para hacer el recorrido hasta Zafra por carretera.
Pues bien, llegamos a la estación de Los Rosales a las 17.55 horas dispuestos a montarnos en el dichoso autobús y... ¡no había ninguno preparado! Pedí el libro de reclamaciones en Circulación y tardaron por lo menos 10 minutos en facilitármelo. Rellené mi correspondiente hoja y todavía hubiese dado tiempo para más, puesto que el autobús no se presentó ¡hasta las 18.40 horas, procedente de Dos Hermanas! Salimos de Los Rosales sobre las 18.45 y llegamos a Guadalcanal, mi destino, a las 20.10, es decir, una hora y 20 minutos más tarde de lo establecido en los horarios.
Esto puede suceder un día o dos por cualquier tipo de incidencia puntual en los trenes o en las vías, pero el problema es que lo relatado viene ocurriendo desde el verano con excesiva frecuencia (concretamente, la pasada semana el martes, miércoles y sábado), con lo que a uno le da por sospechar que lo que se intenta por parte de RENFE es suprimir el tren de las 16.30 horas destino Cáceres-Plasencia, y dejar únicamente como destino hacia Extremadura (Llerena) el de las 19.40.
Lo anterior no es más que una muestra de la discriminación que en muchos sentidos seguimos padeciendo los habitantes de la Sierra Norte de Sevilla (y de modo especial en Guadalcanal), al ser y sentirnos considerados ciudadanos de segunda categoría no sólo en transportes, sino en educación, en sanidad y en otros ámbitos.
