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Columna
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Teófila y la homonimia

Una profesora de Griego (doña Clotilde era su gracia) allá por los años setenta me descubrió la lógica inversa de la homonimia, ese extraño fenómeno de ser uno y significar dos o más veces. Doña Clotilde nos instruyó para que nunca escribiéramos, por más que estuviese permitido, sicología por psicología pues desde un punto de vista etimológico la desaparición de la pe convertía la ciencia de la mente en la ciencia de los higos. Esta advertencia me ha ayudado a confundir conscientemente en muchas ocasiones las meninges con las brevas o a introducir el fruto de la higuera en el diván del sicoanalista (¿o debo escribir psicoanalista?). En cualquier caso, y como resumen, siempre pensé que al psicoanálisis no le resultaba ajeno el símbolo del higo.

Un homónimo es lo que merece el ataque dominical de la presidenta del Partido Popular, Teófila Martínez, contra el presidente de la Junta Manuel Chaves al que acusó de 'tirar con mierda' contra los adversarios en vez de utilizar el cóctel explosivo. Creo que sería muy útil hacer un análisis de las declaraciones que los políticos hacen los domingos y fiestas de guardar. Estoy seguro que Arzallus gozaría de mejor fama si reservara sus comentarios para los lunes (el día que tradicionalmente libraban los zapateros) y dedicara los domingos al descanso y no a vehementes manifestaciones campestres bajo un calabobos contumaz.

Martínez, bajo la aspereza de la declaración dominical, que tiene un no sé qué de madrugón y dolor de estómago, introdujo la escatología en la política. La escatología, como se sabe, contiene en sí dos significados en apariencia contradictorios: tratado de los excrementos y las suciedades y conjunto de creencias de la vida de ultratumba. Si aplicamos la escatología al caso que provocó la airada respuesta de la presidenta del PP habremos de coincidir en que es difícil separar un significado del otro pues la empresa de bolsa fue en gran medida un muladar donde fueron arrojados dineros negros y otros desperdicios urbanos con el propósito de conseguir una felicidad de ultratumba.

Dispara Chaves con suciedad, pero habría que preguntarse si sus proyectiles están fabricados con los mismos materiales de desecho que Gescartera y si se puede opinar de otro modo en este asunto que no sea a base del excremento original que cimentó a la empresa y que ha puesto en entredicho la gestión del Gobierno central.

Es cierto que la versión andaluza de Gescartera (las acusaciones del PP sobre Asesores 2000 y las del PSOE sobre los vínculos comerciales del marido de Teófila Martínez con una empresa de Rodrigo Rato) son vacuas y como traídas por los pelos, pero a falta de otras mejores hay que considerar que tanto la presidenta del PP como los portavoces más fecundos de PSOE le están sacando un partido inimaginable.

Pero aun siendo una versión reducida del escándalo mayor, en el que el partido de Aznar están enfangado hasta los ojos, la homonimia alcanza un grado muy estimable. Eso sí, a Teófila le falta un poco de sicología.

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