Las obras de Hans Arp a lo largo de cinco décadas revelan la homogeneidad de un artista polifacético
La sala de la BBK en Bilbao expone la primera monográfica del artista en España
Escultor, pintor y poeta, Hans Arp (Estrasburgo, 1887-Locarno, 1966) se relacionó a lo largo de su vida con los dadaístas, los expresionistas del grupo Der Blaue Reiter, los fundadores del cubismo y los surrealistas. La comisaria de la primera monográfica que presenta su obra en España, Martine Soria, quiere demostrar que su contacto con las vanguardias no varió su trayectoria. Las 44 obras que componen la muestra, inaugurada ayer en la sala de la BBK en Bilbao (Gran Vía, 32), revelan 'la sorprendente homogeneidad del trabajo' de un artista polifacético.
La mayor parte de las obras reunidas en la exposición Hans Arp proceden del Museo de la Ciudad de Locarno, la localidad suiza donde el artista se refugió durante la II Guerra Mundial. Arp, junto a otros artistas, revivió el ambiente artístico de Locarno con la organización de talleres. Su colección privada pasó al museo tras su muerte. Posteriormente, estos fondos se incrementaron con los cedidos por la fundación que creó su segunda esposa.
La exposición incluye esculturas en escayola, granito, bronce y aluminio, la mayoría de pequeño formato, relieves en madera, obras creadas con recortes de papel y dibujos realizados entre 1919 y 1966, poco antes de su fallecimiento.
En todo el recorrido se reconocen sus características formas orgánicas, de suaves curvas, que se repiten a lo largo de los distintos soportes. 'Fue un artista de gran personalidad', explica Martine Soria. 'Resulta muy sorprendente al ver obras de diferentes épocas de un artista polifacético la continuidad y la homogeneidad de su trabajo'.
La comisaria destaca la sucesión de relaciones de Arp con las vanguardias, que comenzaron con el contacto en Zúrich con Kandinsky en 1912 y en París con Apollinaire, Picasso y Delaunay, entre otros notables artistas. A partir de 1916 empezó a exponer tanto con los abstractos como con los superrealistas y comenzó a realizar relieves en madera, en los que 'la estética de Arp queda definida por su complicidad con la naturaleza'.
A principios de los años 30, con las primeras esculturas en escayola, el estilo del autor cuajó definitivamente, en lo que la critica llamó 'flexibilidad severa'. Sus formas evolucionaron hacia la abstracción, en una línea que el propio artista denominó 'concreción'. La invasión alemana de Francia empujó a Arp y a su esposa, la pintora helvética Sophie Taeuber, a buscar refugio en Suiza. Arp dejo de esculpir durante un tiempo, tras el fallecimiento de su mujer, volcándose en la escritura de poesía, tanto en francés como en alemán.
El reconocimiento definitivo del trabajo de Arp llegó con el Gran Premio Internacional de Escultura de la Bienal de Venecia en 1950. Dos años más tarde, recibió en Francia el Gran Premio Nacional de las Artes, y ya en los años 60, el premio de escultura del estado alemán de Renania del Norte-Westfalia y el de la Bienal de Sâo Paulo.
La exposición de Arp, la primera que recoge su obra de forma monográfica en España, permanecerá abierta al público hasta el 2 de diciembre.
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