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Asesinadas a tiros tres mujeres en un ajuste de cuentas en Puente de Vallecas

La policía investiga si los agresores se vengaron al no poder cobrar la deuda que reclamaban

Los cuatro inquilinos -tres mujeres y un hombre, todos de nacionalidad colombiana- del piso 2º B de la calle de Historias de la Radio, en Puente de Vallecas, fueron salvajemente tiroteados ayer en un presunto ajuste de cuentas por tráfico de drogas, según fuentes policiales. Dos de las tres mujeres, de 35 y 60 años, fallecieron en el acto a causa de sendos balazos en la cabeza. Otra mujer, también de unos 35 años, fue trasladada con vida al hospital Gregorio Marañón, pero murió al poco de ingresar. La cuarta víctima, un hombre de unos 35 años que es hijo de la mujer de mayor edad, según los vecinos, permanecía ayer ingresado en el mismo hospital en estado de muerte cerebral a causa de dos disparos en la cara, otro en un pulmón y un cuarto impacto en el brazo. 'Los disparos fueron realizados a muy corta distancia, como si hubieran sido ajusticiados', señalaron fuentes médicas.

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El Grupo 5 de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía, que investiga el suceso, no facilitó la identidad de las víctimas. Los asesinos, según fuentes policiales, podrían haber acudido al piso a reclamar una deuda y, al no ser ésta satisfecha, la emprendieron a tiros con los ocupantes de la casa. Los agentes encontraron en la vivienda dos pasaportes colombianos, que podrían pertenecer a la madre y al hijo, una balanza de precisión y una pequeña cantidad de polvo blanco, presumiblemente cocaína. Los investigadores trataban anoche de averiguar si todos los habitantes del piso estaban implicados en el supuesto tráfico de estupefacientes.

Una de las fallecidas trabajaba como empleada de hogar y la otra lo había hecho en el pasado, según los vecinos, que también explicaron que las víctimas nunca 'habían dado ningún problema y se notaba que tenían dinero'. Las mismas fuentes señalaron que una de las dos mujeres más jóvenes estaba embarazada.

Los vecinos alertaron al 112 poco antes de las tres de la tarde porque oyeron 'tiros en la escalera', según una residente. No hubo gritos ni pelea. Instantes después, otra mujer vio 'un coche que aceleraba hacia la plaza del Cine, donde se perdió de vista'.

Una vecina del piso superior al del crimen oyó 'ruidos secos, como disparos o golpes duros'. La mujer se alarmó al escuchar cómo 'alguien bajaba corriendo las escaleras', por lo que llamó al teléfono de emergencias 112. Otros vecinos aseguraron haber visto un coche ocupado 'por dos o tres personas' abandonar el lugar a gran velocidad en dirección a la plaza del Cine, cercana al inmueble.

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El triple asesinato rompió la tranquilidad de un barrio 'muy agradable, en el que los niños bajan a jugar a la calle' en los jardines que hay entre los edificios, según una vecina. El barrio fue construido hace unos cinco años y muchos de sus habitantes son 'parejas jóvenes con hijos'. Ayer los niños se arremolinaban curiosos frente al cordón policial que rodeaba el edificio de la calle de Historias de la Radio.

Los primeros en acudir al lugar del crimen fueron agentes del Cuerpo Nacional de Policía. La puerta de la vivienda estaba abierta y, al ver los cuatro cuerpos ensangrentados, los policías alertaron al 061 del Insalud. Dos de las mujeres ya habían fallecido al llegar los médicos, pero las otras dos víctimas aún respiraban. La tercera mujer, supuestamente embarazada aunque no se ha confirmado por fuentes sanitarias, falleció mientras una UVI móvil del Insalud la trasladaba al hospital Gregorio Marañón.

El hombre llegó al mismo hospital en 'estado crítico' y, poco después, entró en 'muerte cerebral', según fuentes del centro sanitario. Éstas explicaron que el escáner reveló que el hombre había recibido dos disparos en la frente sin orificio de salida. Uno de los proyectiles le entró justo en el entrecejo y el otro en un parietal.

Ambos disparos fueron realizados a muy corta distancia, según fuentes policiales. Los médicos que atendieron al hombre encontraron un tercer proyectil en un pulmón y una cuarta herida de bala, más leve, en uno de los brazos, según fuentes médicas.

La mujer que falleció en el trayecto al hospital presentaba, al menos, un orificio de bala con entrada en la frente y de salida en la parte lateral de la nuca, según fuentes médicas. Las dos mujeres que murieron en el acto en el lugar del crimen tenían sendos disparos con entrada en la frente y orificios de salida en la zona occipital.

Autopsia

Las tres fallecidas fueron trasladadas anoche al Instituto Anatómico Forense, donde esta mañana se les practicará la autopsia. El hombre fue estabilizado y los médicos pusieron en marcha el dispositivo por si fuera posible el trasplante de alguno de sus órganos.

Responsables de la investigación trabajaban anoche con la hipótesis de un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de droga que acabó en tragedia ante la imposibilidad de que los agresores pudieran cobrar la deuda que reclamaban a las víctimas.

Los agentes encontraron en la vivienda diez casquillos de bala de pequeña munición, probablemente del calibre 22 o de 6,35 milímetros, según añadieron fuentes policiales. La policía científica, que durante toda la tarde y la noche de ayer investigó en el interior de la vivienda, espera determinar si el arma homicida ha sido utilizada con anterioridad en la capital. Igualmente, recogió pruebas de pelos, fibras textiles y restos de pisadas para analizarlas por si alguna de ella condujera a los autores del múltiple asesinato.

La hipótesis del tráfico de estupefacientes se vio reforzada al encontrar los agentes en la vivienda una balanza de precisión y una pequeña cantidad de polvo blanco, presumiblemente cocaína, a la espera de realizar las pruebas pertinentes. Según fuentes policiales, las bandas de narcotraficantes podrían estar utilizando a personas mayores para alquilar pisos, con lo que confían en no levantar sospechas ante vecinos y propietarios con esta estrategia. Después, los arrendatarios alquilan a su vez habitaciones.

Los responsables de las fuerzas y cuerpos de seguridad temen que los crímenes de ayer puedan tener alguna relación con el asesinato de una pareja, también de nacionalidad colombiana y a tiros, el pasado 16 de agosto en Usera, y el de otro colombiano en el distrito de Fuencarral-El Pardo el 29 de agosto. Si fuera así, señalan estas fuentes, podría confirmarse la existencia de bandas enfrentadas en la capital dedicadas al narcotráfico.

Los agentes a cargo de la investigación indagan ahora si todas las víctimas conocían que en la vivienda se traficaba, presumiblemente, con cocaína, ya que algunos vecinos señalaron que frecuentemente 'veían caras nuevas, como si alquilaran habitaciones o recibieran a mucha gente'. De ser así, podría ser que alguno de los fallecidos fuera tiroteado simplemente para no dejar testigos.

Los establecimientos del barrio explicaron que los fallecidos eran gente que 'aparentaba tener dinero' por las compras que realizaban o las propinas que dejaban en el bar. Los vecinos relataron que las mujeres 'llevaban una vida muy tranquila, con paseos diarios hasta la plaza del Cine [junto a la vivienda]. La chica joven solía sacar dos o tres veces al día a los caniches que tenían en casa'. Los dos caniches fueron recogidos por los equipos veterinarios municipales, que los trasladaron a la perrera municipal.

Los vecinos observan mientras un empleado de la funeraria saca de la vivienda de vallecas el cadáver de una de las mujeres tiroteadas.
Los vecinos observan mientras un empleado de la funeraria saca de la vivienda de vallecas el cadáver de una de las mujeres tiroteadas.ULY MARTÍN

'Eran mujeres que gastaban bastante en las tiendas'

Unas vecinas tranquilas, de ésas 'que no se meten con nadie, que nunca nos dieron problemas', comentan los vecinos de la calle de Historias de la Radio sobre las mujeres asesinadas a tiros ayer. La relación con ellas, la normal en cualquier vecindario: 'hola y adiós, cómo estáis, pero poco más', explican, todavía atónitos por lo que ha sucedido, los residentes de la zona. Pero, eso sí, según los vecinos, las víctimas, sobre todo la mujer mayor, 'vivían bien, gastaban bastante en las tiendas de los alrededores y paseaban sus caniches blancos, calle arriba y calle abajo, como si fuesen gente de dinero'. En una frutería cercana pedían 'papayas, mangos y bananos machos, frutas que nadie nunca me había pedido', cuenta el dueño de la tienda. Y añade: 'La mujer mayor decía que era portorriqueña'. En el bar, según su camarera, 'dejaban de propina la misma cantidad que lo que les costaba el café', y la propietaria de una tienda de fotografía y regalos cercana al lugar de los hechos asegura que la mujer mayor le compraba obsequios con bastante asiduidad: 'Tengo en el local un jarrón de flores, muy bonito, que la mujer me encargó días antes del horrible crimen y que ya no vendrá a recoger'. 'Venía mucho a la tienda y siempre bien vestida. Era muy buena clienta, pero me contaba unas historias un poco raras: que ella era jubilada estadounidense, pero que fue física, que tenía mucha relación con Miami. Me decía que los regalos que me compraba eran para mandarlos a amigos de allí'. Y añadía: 'La mujer siempre me comentaba que estaba encantada con el barrio, que era precioso, con sus zonas verdes'. Con las chicas jóvenes, la relación era distinta: 'Ellas venían menos, sobre todo a hacerse fotos para el pasaporte', aseguró la dueña de la tienda. La urbanización donde fueron asesinadas las tres mujeres, Madrid Sur, es un lugar tranquilo, con edificios nuevos, parques y niños jugando en las aceras. Los bloques no son muy altos, como mucho tienen cuatro pisos y no tienen más de siete años. Los vecinos llaman al barrio El Serrano de Vallecas, porque consideran que es una de las mejores zonas del distrito Puente de Vallecas, muy cercano a la Asamblea de Madrid. Las calles de la zona, como en la que sucedieron los hechos, tienen nombres de películas, como Cleopatra, La reina de África o Mogambo. La calle donde mataron a las tres mujeres se llama Historias de la Radio, nombre de una película española que José Luis Sáenz de Heredia rodó en 1955. Aunque, esta vez, lo que ha ocurrido entre sus aceras sí que ha sido, de verdad y por desgracia, una historia de cine.

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