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Un nuevo partido planta cara al presidente Chávez en Venezuela

Dos años y medio después de que la llegada de Hugo Chávez a la presidencia acabase con el bipartidismo tradicional en Venezuela, una nueva formación política emerge como alternativa al chavismo. El abogado Julio Andrés Borges, de 31 años, es el líder de Primero Justicia, un partido surgido hace dos años de una organización no gubernamental integrada principalmente por jóvenes de clase media con inquietudes sociales.

'La gestión del presidente Hugo Chávez ha repetido el ciclo que tantas veces ha vivido América Latina: cambiar el nombre de las instituciones y concentrar el poder en nombre del pueblo. Vivimos en constante desmantelamiento', afirma Borges. A juicio de este joven diputado, educado en el Boston College y Oxford, Chávez es incapaz de conducir el destino del país. 'El Gobierno no ha podido cubrir las necesidades básicas del pueblo, lo que ha generado gran frustración', afirma Borges, cuya popularidad entre los venezolanos crece día a día gracias al programa de televisión Justicia para todos, en el que resuelve conflictos familiares, vecinales y de toda índole.

Motivados por la urgente necesidad de paliar la crisis económica que golpea a los venezolanos, los militantes de Primero Justicia, señalados por sus rivales como 'los niños ricos de la política', han emprendido la difícil tarea de enfrentarse a la maquinaria chavista y restituir la imagen de las organizaciones políticas, muy desprestigiadas por décadas de corrupción, promesas incumplidas y despilfarro de los recursos públicos.

Futuro prometedor

'Los chicos de Primero Justicia tienen ideas claras dirigidas a zonas urbanas, es un partido liderado por gente joven de centro derecha que está a favor de la economía de mercado', explica el politólogo Herbert Koeneke. En la medida en que se vaya debilitando la figura del presidente Chávez, opina Koeneke, este nuevo partido podría tener mayor aceptación por parte de sectores más humildes. 'Tienen un futuro prometedor, pero todo depende de cómo gobierne nuestro mandatario de aquí a unos años, sobre todo si aumenta el descontento por parte de la población hacia el oficialismo'.

Koeneke coincide con Borges en denunciar la creciente concentración de poder en manos del presidente, avalado por la Constitución Bolivariana de 1999. 'Chávez ha venido movilizando a la población a través de un discurso divisivo que se traduce en manipulación popular, pero mientras en Venezuela se difunde un presidencialismo extremo, también están surgiendo nuevas opciones como Primero Justicia', afirma Koeneke.

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A pesar de tener sólo cinco diputados en la Asamblea Nacional y tres alcaldías, el apoyo a Primero Justicia es cada vez mayor entre la sociedad venezolana, igual que su presencia en los medios de comunicación. Su proyecto no se queda en los municipios ni en las regiones, y apuesta dentro de unos años a constituirse en partido de ámbito nacional, requisito indispensable para optar a la presidencia de la República en 2006.

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