La mitad de los fichajes más caros del pasado año apenas jugaron
Trece de los 25 fichajes más caros del curso pasado se pasaron más de media Liga en el banquillo. O lo que es lo mismo, pero en pesetas: 26.400 millones, sobre un desembolso total de 83.000 (74.086 en verano, y otros 8.800 en el mercado de invierno), invertidos en suplentes de lujo. Más reducida es la nómina de aquellos a los que, con los números en la mano, se les puede considerar indiscutibles un año después. Víctor, Figo, Catanha, Martín Palermo, Baraja, Carew y Makelele son, por ese orden, los siete únicos fichajes que estuvieron sobre el césped más del 75% de la Liga.
Para lo malo, y para lo bueno, el Real Madrid es el mejor ejemplo de las dos caras que esconden los fichajes. Un año después, Florentino Pérez puede sentirse satisfecho de los 11.900 millones que pagó por Figo, pero también arrepentido de los 4.100 que le entregó al Deportivo por Flavio. El portugués ha jugado 34 y ha sido titular en 33 de los 38 partidos de la Liga. En total, 2.949 minutos (del total de 3.420), en los que ha marcado 8 goles y ha dado 16. El brasileño, por contra, apenas ha pisado el césped en 14 encuentros, y no más de 768 minutos, un escuálido 22,4%. Suena a despilfarro. Tampoco han sido fructíferas las contrataciones de Munitis (que costó 2.200 millones y sólo ha sido titular en nueve de los 29 encuentros que ha jugado) o César (1.000 millones para 382 minutos de juego).
El Barcelona tampoco dio en la diana. Gerard (3.600 millones), Alfonso (2.100) y Petit (2.000) han estado abonados al banquillo. 7.700 millones que, por lesiones o decisiones técnicas, apenas han servido para algo. Ningún otro equipo se gastó el año pasado tanto dinero en fichar suplentes. De todos los fichajes cerrados por el Barça el pasado verano, el de Overmars (6.600 millones) es el único que ofrece un saldo positivo.
En la lista de los 13 fichajes fallidos de entre los 25 más caros del año pasado, la posición de privilegio la ocupa el Valencia, con cuatro. Carew y Baraja son las únicas incorporaciones a las que Héctor Cúper sacó jugo. Por contra, Zahovic y Diego Alonso, que llegaron en verano, y Aimar (3.500 millones) y Fabio Aurelio, a finales de enero, pasaron más tiempo fuera del campo que dentro.
El mayor batacazo, de acuerdo a la relación entre el dinero invertido en un futbolista y los minutos que ha jugado, le corresponde al Deportivo. 2.000 millones pagó al Sporting de Lisboa por Aldo Duscher, pero el medio centro argentino con pasaporte austriaco tan sólo disputó 142 minutos, repartidos en cinco partidos. El papel de Pandiani y Capdevila también fue residual. Aunque por los pelos, los que sí han jugado más de la mitad de la temporada han sido Tristán (2.500 millones), Valerón y Emerson. Ninguno, eso sí, ha llegado al 55%.
Los ricos no son los únicos que despilfarran. También los modestos, entre los que el año pasado no hubo otro como la Real Sociedad. Gran parte de sus fichajes, mayoritariamente foráneos, se pasaron el año en blanco. Siete extranjeros compró la Real la pasada temporada (el más caro, Demetradze, por 800 millones), pero apenas Tayfun, ya en la recta final, y Luiz Alberto, jugaron con regularidad. Collet y Asper salieron del equipo en cuanto se marchó Clemente; y Peiremans no disputó ni un solo partido oficial.
