'Me interesa el vacío y la acumulación'
'Me considero artista y fotógrafo, no hay competencia entre los los términos', declaró ayer el fotógrafo alemán Andreas Gursky (Leipzig, 1955) mientras vigila el montaje de las 50 imágenes de gran formato y en color que presenta hoy en el palacio de Velázquez, del Retiro madrileño. 'Me interesa mucho el vacío y la acumulación de información, como las bibliotecas', señala ante un primer plano de una moqueta, la vista de un techo, enormes escenarios de raves de música tecno, polideportivos, centros bursátiles, paisajes, bibliotecas, vestíbulos de hoteles, fábricas, edificios de estrellas de la arquitectura, que le han identificado como una de las principales figuras de la escena artística actual. La exposición que programa el Museo Nacional Reina Sofía, dentro del festival PHotoEspaña 2001, primera antológica en España, ha sido organizada por el MOMA de Nueva York, con Peter Galassi, conservador jefe de fotografía, como comisario. Tras su paso por Nueva York y Madrid -donde permanecerá hasta el 23 de septiembre, en un montaje coordinado por Monica Spaventa y Giulietta Speranza- seguirá por el Centro Georges Pompidou, de París, y el Museo de Arte Moderno de Chicago.
'No creo que el lenguaje fotográfico sea global, pero el visitante de la exposición se encuentra con un conjunto de temas que reconoce porque forman parte de la vida real de todo el mundo. Todos saben lo que representan, pero nunca lo habían visto de esta forma', dice Gursky. El comisario Peter Galassi advierte a la entrada de la muestra que 'el mundo de Gursky es una invención', donde 'no hay lugar para nosotros'. 'Su espléndida perfección nos puede seducir o repeler'.
El material expuesto abarca desde 1984 a la actualidad y refleja las distintas etapas del fotógrafo, educado en la fotografía tradicional antes de pasar por la escuela de Bernd y Hilla Becher y su nueva estética de la arquitectura industrial abandonada. El montaje selecciona las obras -un número más amplio figura en el catálogo-, que aparecen en armonía pero sin sentido cronológico, buscando más 'el sentimiento' y la fuerza de cada pieza. No aparecen las tomadas en España- como la difundida del cementerio de Ayamonte- , donde trabajó en Galicia y Tenerife.
Como es habitual en Gursky, todas las fotos son en color y de grandes dimensiones, impresiones cromogénicas a partir del negativo. En los últimos diez años utiliza la manipulación digital, aunque no lo considera 'una nueva técnica'. Frente a imágenes donde aparece de forma evidente la intervención digital, el autor tiene que despejar las dudas, como en el campo de fútbol EM, Arena, (Amsterdam 2000), que es 'una foto normal y corriente, sin manipular, pero que tiene mucha luz'.
'No tengo preconceptos en el momento de hacer una foto, ni se trata de saber el tema o el momento. Hace dos semanas he estado en un circuito de fórmula 1 y he hecho una foto que tenía en la cabeza desde hace dos años. En otras ocasiones me inspiro en la televisión o la prensa, pero también a través de lo que vivo personalmente y lo que observo'.
Perfección técnica
Las fotografías de Gursky son a veces abstractas y formalistas, pero, sobre todo, destacan por su perfección técnica y por la frialdad de la ausencia de la persona, ausente por completo o sin identificar en las masas. 'Realmente pretendo esa perfección, con un color que tiende a ser más brillante, pero en los primeros trabajos parecen hechos por un aficionado. Es un poco la sensación de la postal, de tener al mismo tiempo la realidad y la irrealidad del imaginario colectivo. En las imágenes, la distancia no crea frialdad, y menos con el ser humano. Cuando empecé a estudiar aprendí que para hacer un buen trabajo había que acercarse muchísimo al sujeto, pero esto para mí es una visión muy convencional. Estoy interesado en la condición humana y lo que enseñan mis imágenes son unas relaciones muy complejas, pero lo que no quiero es dar una interpretación de esas relaciones, que ya encontrará el espectador'.
Gursky tiene dos obras en la exposición Minimalismos, en el Museo Reina Sofía-'me identifico con el minimal y el conceptual'-, y participó en la colectiva La arquitectura sin sombra, que preparó Gloria Moure, con Burkhard, Förg, Höfer, Ruff, Sugimoto y Wall, nombres que acaparan la atención de los museos de arte contemporáneo. En la muestra del Retiro aparecen con frecuencia edificios singulares. 'Hay una diferencia fundamental entre hacer fotos de arquitectura y de una buena arquitectura. Normalmente no decido la imagen que quiero captar por la belleza de la arquitectura'.
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