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Putin acusa a la guerrilla albanesa de la inestabilidad global en los Balcanes

El presidente ruso apoya una cumbre regional

La provincia yugoslava de amplia mayoría albanesa está administrada por la ONU desde junio de 1999. La aplicación de la resolución 1.244 del Consejo de Seguridad debería suponer, según ambos líderes, el retorno urgente de unos 200.000 kosovares serbios que huyeron del terror de la guerrilla albanesa del ELK. Pero será imposible, indicó Putin, mientras no se desarme a los terroristas albaneses. Su temor y el de Kostunica es que esta limpieza étnica, que no encuentran muy diferente de las de Slobodan Milosevic, termine consolidando a Kosovo como un país independiente. La resolución prevé que la región alcance una fuerte autonomía, pero que se mantenga bajo la soberanía de Belgrado.

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La estabilidad de los Balcanes, señaló Putin, 'está amenazada por un serio peligro: la intolerancia y el extremismo nacional y religioso, cuya fuente principal se encuentra en Kosovo'. Kostunica, por su parte, aseguró que el nuevo foco de conflicto abierto en Macedonia es la consecuencia directa de la impotencia de la comunidad internacional para evitar que la guerrilla albanesa utilice Kosovo como su santuario y base de sus operaciones al otro lado de la frontera.

Putin informó a Kostunica de sus conversaciones del día anterior con el presidente estadounidense, George W. Bush, en Liubliana (Eslovenia), donde se discutió sobre la crisis de los Balcanes, aunque no se anunció ningún acuerdo concreto para estabilizar la zona. En la conferencia de prensa con el presidente norteamericano, Putin insistió en la necesidad de frenar todas las formas de extremismo y de recurrir únicamente a la vía negociadora, aunque eso exija un derroche de paciencia.

Kostunica discutió también con Putin sobre la eventual convocatoria de una conferencia regional que consagre los principios de inviolabilidad de las fronteras de los actuales Estados balcánicos, así como la protección a las minorías. 'Apoyamos esta idea. Confiamos en el hecho de que las naciones de esta región se reunirán con el apoyo y la asistencia de la comunidad internacional para participar en esta reunión', dijo el presidente ruso. Kostunica recalcó la pujanza del nacionalismo albanés, que, al menos verbalmente, amenaza últimamente al Epiro griego.

Tras su estancia en Belgrado, Putin emprendió un viaje relámpago a Kosovo, en medio de un espectacular dispositivo de seguridad, justificado por el hecho de que la guerrilla albanesa considera a Rusia el principal aliado de Serbia, incluso después de la caída de Milosevic. Las citas de Putin con los mandos de sus tropas de paz en la provincia -unos 3.000 soldados- y de la fuerza multinacional de la ONU se celebraron en el aeropuerto de la capital, Prístina, controlado parcialmente por militares rusos. Allí, Putin pidió un pacto que asegure las fronteras actuales en los Balcanes.

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Fuentes de la misión de la ONU para Kosovo (Unmik) informaron de que el presidente ruso se entrevistó con los 15 embajadores del Consejo de Seguridad de la ONU, que desde el pasado sábado visitan la provincia yugoslava.

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