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Ur Teatro estrena en San Sebastián una obra sobre el arte y la condición humana

'Sigue la tormenta' está ambientada en la época del Holocausto nazi

Ur Teatro, que ha obtenido un importante reconocimiento con su trilogía sobre obras de William Shakespeare, explora ahora nuevos caminos teatrales con Sigue la tormenta. Deja de momento de lado a los clásicos, apuesta por la contemporaneidad, y opta por un trabajo de actor frente a las obras corales que han marcado sus últimos años sobre los escenarios.

De hecho, el espectáculo se sostiene fundamentalmente sobre el duelo de dos únicos personajes. José Tomé y el actor uruguayo Walter Vidarte interpretan a Nathan Goldring, un joven director de escena austriaco de origen judío, y Theo Steiner, veterano actor y superviviente del Holocausto nazi. Goldring, que acaba de ser nombrado director de uno de los teatros más importantes de Berlín, va a buscar a Steiner para que ponga fin a su exilio en una vieja granja y se preste a interpretar bajo su dirección al Rey Lear, de Shakespeare. La figura del viejo monarca despedazado traslada al viejo actor medio siglo atrás; al campo de concentración de Terezin, donde él aprendió el oficio de la interpretación, pero también, donde murió toda su familia.

El espectáculo plantea al público una reflexión sobre distintos temas. Pero hay uno fundamental, apunta Pimenta. 'Para qué sirve el arte pero no sólo entendido como algo lejano. Hay momentos en la vida y situaciones tan irracionales que ni siquiera el arte queda libre; también se mofa de la sociedad y comparte zonas de belleza y horror', dice. Y de esta forma salen y van apareciendo nuevos temas sobre el escenario: la irracionalidad, la violencia, el recuerdo del dolor humano y la capacidad de comunicación entre dos personas de generaciones distintas que acaban por entenderse. En este sentido, señala Pimenta, 'hay un mensaje optimista en la obra. Si el ser humano es capaz de escucharse todavía hay motivos para la esperanza'.

Ur Teatro ha tratado de no dejarse olvidado ningún apunte histórico sustancial de la época, de la Segunda Guerra Mundial. Pero lo ha hecho de tal forma que las referencias al arte, el racismo y la xenofobia, se convierten a un tiempo en miradas de pasado y presente. La compañía ha trabajado con el autor del texto, quien ya ha visto interpretar otras versiones de su obra en teatros de Francia y Suiza. Pero ha realizado una lectura escénica propia, una profunda investigación del espacio, la música y la escenografía, sello que siempre marca sus trabajos. Ahora el montaje, que ensayaron durante la semana pasada en el centro de artes escénicas Sarobe, de Urnieta, iniciará una gira que llevará a Ur Teatro por salas de toda España hasta el próximo marzo.

Mientras tanto, Helena Pimenta prepara para 2002 su proyecto Salamanca Capital Cultural. 'Será un Valle Inclán', anuncia. ¿Otro autor en el que se centrará la compañía guipuzcoana después de Shakespeare? 'Creo', responde la directora, 'que será uno de los fijos si somos capaces de entender de verdad su lenguaje y de transmitirlo. Es que estos grandes consiguen atraparte. Porque intuyes, crees que llegas a algún sitio y de pronto te das cuenta de que te faltan diez o doce años para conocerlos de verdad y te entran muchas ganas de llegar más allá'.

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