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DEFENSA

El nuevo director civil del Cesid dependerá del presidente del Gobierno

El servicio secreto seguirá adscrito al Ministerio de Defensa

Miguel González

El nombramiento del primer civil al frente del Cesid desde su creación en 1977 servirá para abordar una primera reestructuración del servicio secreto. El centro seguirá adscrito orgánicamente al Ministerio de Defensa -es decir, a efectos presupuestarios y de personal-, pero consolidará la dependencia funcional que ya tiene legalmente del presidente. Será Aznar quien marque los objetivos del centro y a quien informe éste de sus resultados.

Por ello, el nuevo director estará adscrito a la Presidencia del Gobierno y a su actual cometido sumará el de coordinador de los servicios de información de la Policía, la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas. Salvo cambio de última hora, se ha descartado la posibilidad de ubicar al nuevo jefe del Cesid en el Ministerio de la Presidencia, una opción que se estudió para que cualquier escándalo no salpicara directamente del jefe del Ejecutivo, sino que un ministro le sirviera de parapeto.

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En contrapartida, el nuevo director tendrá mayor rango. La fórmula que se baraja es hacerlo secretario general, una categoría equivalente a subsecretario, homologándolo así a los directores de la Guardia Civil y de la Policía. No se descarta, sin embargo, que finalmente se decida elevarlo un peldaño más, hasta secretario de Estado o viceministro.

La diferencia no es baladí, pues dejarlo en secretario general elimina a algunos de los candidatos con mayores méritos para ocupar este puesto, que ya son secretarios de Estado. Es el caso del secretario de Estado de Seguridad, Pedro Morenés, o del secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos (pese a la denominación de su cargo).

La elección del nuevo director corresponde en exclusiva al propio Aznar, lo que resta valor a las quinielas que circulan sobre la identidad del sucesor de Calderón. Fuentes gubernamentales señalan, no obstante, que la persona elegida no será sólo un alto funcionario, sino que debe tener peso político.

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En primer lugar por el hecho histórico de convertirse en el primer civil al frente del Cesid; además, por la autoridad que requiere el encargo de coordinar a los servicios de información de las Fuerzas de Seguridad del Estado y el Ejército, un empeño en el que han fracasado los intentos de los sucesivos Gobiernos democráticos; y, finalmente, por la necesidad de que, llegado el caso, asuma las responsabilidades políticas de eventuales errores.

El Gobierno ha hecho una interpretación flexible del Estatuto del Cesid y ha mantenido a Calderón a su frente, aunque ha cumplido ya los cinco años de mandato máximo, por lo que podría mantenerlo indefinidamente. Todas las fuentes consultadas coinciden, sin embargo, en que la interinidad en el servicio secreto no es buena y, ya que el relevo supondrá finalmente unos cambios normativos mínimos, no hay motivo para demorarlo.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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