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Unió y Convergència negocian un congreso constituyente para federarse

Los dos partidos descartan unificar las militancias

Unió Democràtica (UDC) y Convergència Democràtica (CDC), los dos partidos que forman la coalición gobernante en Cataluña desde hace 21 años, cerrarán antes de la próxima semana un preacuerdo sobre el nuevo marco de relaciones entre ambos partidos, que sustituya al protocolo firmado en 1978. Ambas formaciones negocian configurarse como una federación y no descartan celebrar un congreso constituyente que sirva para formalizar públicamente este pacto.

Las negociaciones para refundar la coalición se iniciaron a finales del mes de enero cuando los democristianos de UDC dieron por finiquitado el acuerdo vigente desde 1978 después de que Jordi Pujol decidiera unilateralmente nombrar a Artur Mas como conseller en cap del Gobierno catalán lo que, según Unió, desequilibraba el reparto de poderes en el Ejecutivo y en la coalición nacionalista. Fue la ejecutiva de UDC la que marcó un plazo de dos meses para cerrar las negociaciones, periodo que finaliza el próximo día 24 cuando los democristianos celebrarán un consejo nacional (máximo órgano de decisión entre congresos) para aprobar el preacuerdo.

Fuentes de ambos partidos señalaron que, tras un primero periodo negociador marcado por la tensión, ahora las conversaciones siguen a buen ritmo y se espera alcanzar un primer borrador de pacto para la próxima semana. El diálogo se encalló por la pretensión de Convergència de establecer un sistema de carácter 'irreversible' cercano a la fusión por el cual ninguna de las dos formaciones podría separarse. Los democristianos, por ejemplo, rechazan unificar las militancias.

La fórmula que están ultimando UDC y CDC es la creación de una federación de partidos con órganos de dirección paritarios, un pacto que se formalizaría con la celebración de un congreso constituyente con militantes de ambas formaciones políticas. Para los democristianos un congreso de este tipo sería la consecuencia lógica del pacto y evidenciaría que 'todos estamos dispuestos a cumplir hasta el más mínimo punto, lo que no ha sucedido con ninguno de los acuerdos de coalición que hemos establecido hasta ahora'. En cambio, para los convergentes un congreso supondría no sólo ofrecer una imagen de continuidad de la coalición ante la opinión pública sino un compromiso de futuro por parte de ambas direcciones.

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