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LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

Los inmigrantes en España aportaron el 40% de los ingresos exteriores en 2000

Los ecuatorianos que trabajan en España enviaron a su país 136 millones de dólares (unos 24.000 millones de pesetas), lo que supone el 40% del total de las transferencias externas registradas por Ecuador en 2000, según datos del Banco Central. En un país de 12,4 millones de habitantes, cuya deuda externa ronda los 15.000 millones de dólares, en el que la renta per cápita se ha reducido en los últimos diez años un 0,3% y en el que un tercio de la población malvive con unas 5.300 pesetas al mes, la emigración se ha convertido en la única salida para miles de desesperados y en el pilar sobre el que el país basa su lenta recuperación.

Desde 1994 ha abandonado el país la mitad de la población activa. El proceso se agravó a partir de 1999, un año marcado por la crisis generalizada en la región, el derrumbe del sistema bancario, y la sustitución del sucre por el dólar. Sólo en ese año negro, el paro se disparó hasta el 14%, los empleos precarios llegaron al 57% y medio millón de ecuatorianos se vieron empujados fuera del país. Aunque la situación mejoró relativamente en 2000, las transferencias de los emigrantes se han convertido en la columna sobre la que el Gobierno de Gustavo Noboa descansa buena parte de la recuperación. En seis meses, los depósitos bancarios han crecido en 300 millones de dólares, una cifra casi ridícula comparada con los 1.700 millones que salieron hacia destinos oscuros en 1999.

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