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Las autoridades británicas siguen buscando el foco de fiebre aftosa

Isabel Ferrer

Con dos mataderos ya sellados y cinco granjas en cuarentena, los veterinarios británicos seguían buscando ayer el foco del brote de fiebre aftosa descubierto el pasado miércoles, al sureste del país, en 27 cerdos llevados a sacrificar. Esta enfermedad vírica no afecta a las personas, pero es muy contagiosa para los animales.

Para evitar problemas mayores, la Alianza para el Campo anunció la suspensión de las partidas de caza durante una semana y la Asociación de Excursionistas recomendó a sus miembros que evitaran pasear por zonas de granjas o donde hubiera ganado pastando.

'Es posible que nos veamos obligados a mantener estas restricciones y las órdenes de no acercarse a las granjas afectadas durante un mes o más. No lo sabemos aún. Lo importante es hallar el foco y evitar una epidemia', dijo Nick Brown, ministro de Agricultura.

Reunido con representantes de la Unión de Ganaderos, éstos cifraron en 11 millones de libras semanales (unos 3.000 millones de pesetas) las pérdidas derivadas de la prohibición de exportar animales vivos y productos cárnicos. La leche tampoco puede salir del país por ahora y ello les cuesta 1,7 millones de libras a la semana (550 millones de pesetas).

La fiebre aftosa pueden padecerla cabras, ovejas, reses y caballos y, con la industria nacional arrasada por las vacas locas, los ganaderos temen perder de nuevo la confianza del consumidor.

En España el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, aseguró ayer que se han extremado las precauciones para evitar la entrada de la fiebre en el país.

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