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El aumento del precio del gas dispara la inflación un 0,6% en Estados Unidos

Enric González

Wall Street sigue apostando por una nueva bajada de los tipos de interés el mes que viene, porque el brote inflacionista muestra rasgos muy coyunturales, mientras el crecimiento económico se mantiene bajo mínimos. El déficit comercial fue el mayor de la historia en 2000, pero la falta de crecimiento hizo que desde diciembre bajaran tanto las importaciones como las exportaciones.

El tirón del IPC se explica por el encarecimiento del gas natural, que subió un 17,4% en enero. Los meses de noviembre y diciembre fueron los más fríos del siglo, y más de la mitad de los hogares estadounidenses se calientan con gas; por otra parte, las centrales eléctricas han incrementado también de forma sustancial su consumo de gas. La factura energética ha obligado a reducir el gasto doméstico en otros productos, lo cual se refleja en el descenso de los precios de bienes más prescindibles, como ropa, electrónica e informática.

'Más que como un rebrote de la inflación, hay que interpretar los datos como una reducción adicional del poder de compra de los consumidores', opinó Neal Soss, economista de Credit Suisse First Boston.

'Es más sintomático', añadió, 'de un enfriamiento que de un recalentamiento'. 'La mayor preocupación de la Reserva Federal sigue siendo la falta de crecimiento, por lo que un informe ocasional sobre inflación no les desviará de su objetivo prioritario, que consiste en evitar la recesión', declaró por su parte Richard Yamarone, director de investigación en Argus Research Corporation.

El secretario del Tesoro, Paul O'Neill, cree que la situación económica es confusa. 'Los datos son contradictorios', declaró al diario USA Today, 'y necesitamos disponer de más información para comprender dónde estamos exactamente'. La inflación, que parece dominada salvo en el renglón energético, no suele producirse en periodos de enfriamiento. Pero en estos momentos la hay, y simultáneamente el déficit comercial bate marcas históricas.

Cambio de tendencia

El déficit comercial de Estados Unidos alcanzó los 369.000 millones de dólares el año pasado, un 39,5% más que el año anterior. La cifra, publicada ayer por el Departamento de Comercio, es un reflejo del rápido crecimiento de la economía y del consumo hasta el último trimestre de 2000, y este año debería ser menor, ya que la tendencia se invirtió a finales de año. Tanto las exportaciones como las importaciones bajaron en diciembre, una señal clara de desaceleración. Las exportaciones, un 0,8%, por la contracción en las ventas de semiconductores, plásticos y productos químicos; las importaciones, un 0,7%, porque disminuyó la demanda de automóviles extranjeros y de bienes de consumo.

Japón dejó el año pasado de ser el país con el que Estados Unidos mantiene el mayor déficit comercial. Ese puesto ha pasado a ocuparlo, por primera vez, China.

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