Los 'barones' socialistas reclaman a Zapatero más poder dentro del partido

Un presidente autonómico partidario de recurrir ante el Constitucional la Ley de Extranjería proclama que el PSOE ha de acostumbrarse a que los líderes regionales cada vez tengan más poder en una España cada vez más federalista. 'Zapatero habla de estrategias, de medir los tiempos. Y eso está bien, pero no debe significar que tengamos que desviarnos del camino. Y el camino viene determinado por el hecho de que las autonomías cada vez son más Estado. Es muy difícil hacer de presidente de una comunidad si el partido intenta desautorizarte'.

La reunión del Consejo Territorial del PSOE, celebrada el jueves en Ferraz y vetada para la prensa, no sólo supuso un triunfo para ciertos barones al arrancar de Zapatero el compromiso de que si Aznar rechaza un pacto sobre inmigración el partido se sentirá 'libre' para recurrir ante el Constitucional la actual ley. También resultó decisivo para los líderes regionales el momento en que un barón consiguió que se eliminara un párrafo de un texto en el que la dirección del partido exigía que los barones no se pronunciasen sobre problemas de Estado sin el permiso de la dirección del partido'.

'Si yo suscribo ese texto', declaró un barón, 'estoy recortando las competencias constitucionales de mi autonomía'.

'O sea', comentó otro secretario regional a EL PAÍS, 'que yo puedo hablar del Bilbao o del Betis, pero no puedo hablar de la Liga, ¿no?'.

'Hay que ser valientes', señala este barón, 'no hay que amilanarse cuando en determinados periódicos aparezcan titulares hablando de barullo en el PSOE y de que estamos divididos. Tampoco hay que preocuparse porque el PP cargue las baterías sobre ese flanco'.

En eso último este barón coincide plenamente con el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien, junto a José Bono y en contra de las directrices de la ejecutiva, votó a favor del Plan Hidrológico en el Consejo del Agua. 'El partido debería presumir de sus diferentes opiniones en vez de esconderlas. Nosotros no actuamos bajo el ordeno y mando del PP. ¿Cómo no va ha haber discrepancias entre un catalán y un extremeño? Son diferentes culturas. Pero el partido debe ofrecer un perfil amplio en el que los ciudadanos, con todos sus matices y disensiones, se identifiquen; un perfil y una organización que eviten la guerra de guerrillas'.

Eso, según Ibarra, no ha de confundirse con una ejecutiva que pretenda imponerse a cualquier precio sobre los barones. 'Nadie debe creer que ganar un congreso federal significa ser elegido presidente de todas las comunidades donde gobierna el PSOE. Sé que Zapatero no va a cometer ese error, pero algunos de sus adláteres puede que sí. Y hacerse fuerte a costa de hacer débiles a los demás no va a ningún sitio'.

'Los presidentes no podemos actuar a golpe de cornetín', sentenció el jueves, a puerta cerrada en el Consejo Territorial del PSOE, Marcelino Iglesias, presidente de Aragón. El jefe del Gobierno andaluz, Manuel Chaves, pronunció uno de los discursos más celebrados por sus compañerosos: 'Tan Estado son las autonomías como el Gobierno central', dijo Chaves.

'No hay que temer al PP'

'Si nosotros ofrecemos un proyecto de Estado, en ese proyecto ha de tenerse muy en cuenta a las autonomías', declaró el presidente de Andalucía a este periódico. 'No hay que temer a las críticas del PP, porque son ellos precisamente los que no presentan ningún proyecto de carácter verdaderamente nacional. Y el ejemplo claro es el Plan Hidrológico'.

'El Estado en el que estamos viviendo ha delegado competencias hacia arriba y hacia abajo, es decir, hacia Europa y hacia las comunidades autónomas. Por tanto, hay que adaptarse a ello y asumir las diferencias', señala Ibarra. 'Si se pretende hacer un partido monolítico donde tomemos todos una decisión porque alguien nos la ordena, nos quedaremos solos. Esa actitud obedece a concepciones de cuando la sociedad estaba dividida entre los de arriba y los de abajo. Ahora la gente tiene más capacidad de información, no es como cuando había que enseñarles a leer en la casa del pueblo'.

¿Y esa capacidad de asumir las divergencias no puede desembocar en que un líder socialista como Pascual Maragall acuse a otro como el presidente de Extremadura de haberse vendido con el Plan Hidrológico a cambio del AVE?

'El límite a toda esa capacidad de debate y discrepancia ha de ser la solidaridad', responde Rodríguez Ibarra. 'Debería haber una voz en el partido que defendiera la solidaridad. Porque si no, tengo que defenderme yo. Y tengo que decirle entonces a Maragall que se cree el ladrón que todos son de su condición. Y que no soy como él, que está acostumbrado a negociar pidiendo la pela. Si él hubiese podido negociar el Plan Hidrológico le habría pedido al Gobierno que el AVE pasara por Tortosa'.

Al margen de los enfrentamientos 'anécdoticos' que se puedan dar entre distintos barones, miembros de la ejecutiva asumen que aún no funcionan con la suficiente firmeza para evitar la imagen de desunión. 'Me consta que algunos compañeros de la dirección del partido pueden tener la sensación de que lo que pasa ahora no ha pasado nunca', señala Ibarra. 'Pero yo, con Felipe González, me opuse a la central nuclear de Valdecaballeros en contra de lo que opinaban todos sus ministros. Igual me sucedió con la cesión del 15% del IRPF a las autonomías'.

'En los tiempos en que el PSOE gobernaba con mayoría absoluta', arguye Rafael Simancas, secretario general del PSOE en Madrid, 'la asintonía de un barón no dañaba la imagen del PSOE como proyecto nacional. Ahora, sí'.