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Reportaje:

Expediente X en El Vendrell

La causa de la extraña muerte de un matrimonio y su hijo continúa siendo una incógnita tras las autopsias

¿Accidente?, ¿intoxicación alimentaria?, ¿asesinato? La incertidumbre rodea la muerte, hace diez días, de toda una familia del barrio de Sant Salvador, en El Vendrell (Tarragona), integrada por José Luis Collado, un informático de 38 años; Laura Bargués, trabajadora de un supermercado, de 34, y su pequeño hijo, Max, de tan sólo 21 meses. Los tres acudieron el miércoles 24 de enero a centros hospitalarios con unos síntomas poco preocupantes y atribuibles a una simple gastroenteritis.

El matrimonio falleció horas después. El niño, ingresado en la UCI del hospital Joan XXIII, logró superar una parada cardiorrespiratoria, pero murió el sábado 27. Una intoxicación de origen desconocido, según las autoridades sanitarias de la provincia. Un caso de los más extraños, según el director del Instituto Nacional de Toxicología de Barcelona, José Luis Valverde. Un caso que, además, entraña mayores incógnitas sobre las últimas horas que vivió la familia.

El primero en ingresar fue el pequeño Max. A las dos de la madrugada, un vecino y amigo de la familia, Joan Martos, recibió una llamada de Laura Bargués. Según explica, 'estaban en la cama y ya había llegado la abuela. Ya estaban mal. Habían llamado al Centro de Atención Primaria (CAP), y les habían recomendado tomar agua con azúcar y zumo de limón'. No obstante, prefirieron que la abuela y Martos llevaran a Max al hospital de Sant Pau y Santa Tecla. Según el parte médico, el niño ingresó con vómitos y diarreas pero en buen estado general.

A las 8.00 horas acudieron sus padres, acompañados también por Martos, al CAP de El Vendrell. Permanecieron una hora y fueron tratados de los mismos síntomas que su hijo y los médicos diagnosticaron una gastroenteritis. El matrimonio Collado regresó a casa. Pero tres horas después Laura llamó de nuevo a su vecino; su marido estaba mal. Martos acompaña a José Luis Collado al CAP: 'Ya estaba en una situación muy peligrosa. Me esperaba en el jardín, desnudo, cubierto sólo con un abrigo'. Llegó al centro sanitario en estado de shock y fue trasladado al mismo hospital que su hijo. El vecino temió entonces que Laura estuviera igual y regresó a la casa.

La policía local tuvo que forzar la puerta y encontró a la mujer desmayada. No dio tiempo a trasladarla al hospital. Falleció en el CAP por 'shock hemodinámico, bradicardia extrema y parada cardiorrespiratoria', según explicó la delegación de Sanidad en Tarragona. Pocas horas después su marido presentaba el mismo cuadro y moría en el hospital. El pequeño Max fue trasladado a la UCI por razones preventivas.

Las autoridades sanitarias, ante la alarma creada por una 'intoxicación de origen desconocido', acudieron al domicilio de los Collado. Tomaron muestras de los alimentos, productos de limpieza e insecticidas existentes en el hogar, esperando una pronta solución del caso. Pero de momento continúa la incógnita.

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Los análisis no dan pistas. Sólo se puede descartar que intervinieran productos organofosforados, como pesticidas, y venenos como el arsénico, que no hubieran actuado tan rápido ni hubieran provocado un 'fallo multisistémico fatal', según lo definió Joan Carulla, delegado de Sanidad en Tarragona, para reconocer que todas las posibilidades están abiertas.

A falta de los resultados de las muestras obtenidas de los alimentos existentes en la casa, no se puede desestimar la intervención de algún tipo de toxina como la botulínica. Ante el secreto del sumario decretado por el juzgado que instruye el caso, el director del Instituto Nacional de Toxicología de Barcelona, José Luís Valverde, lanzó un mensaje tranquilizador a los vecinos de El Vendrell: 'Es un episodio restringido a lo sucedido'.

El instituto remitió el pasado viernes al juzgado un primer informe de los análisis realizados: ni la orina ni los jugos gástricos ni la sangre contenían tóxicos químicos, lo que, si bien contribuye a descartar determinados productos, todavía introduce mayores incógnitas al caso. Fuentes cercanas a la investigación añaden mayor incertidumbre: ¿por qué sólo ingresó Max en el hospital de Tarragona el miércoles de madrugada y por qué no lo acompañaron sus padres si no estaban tan graves?, ¿por qué estaba desnudo José Luis Collado cuando regresó al CAP a las doce del mediodía?, ¿por qué se registró una llamada telefónica justo después de la partida del marido entre Laura y una amiga con la que conversó durante un buen rato, justo antes de que, según las mismas fuentes, ella misma requiriera la presencia de una ambulancia? 'El instituto con el que colaboramos y los juzgados con los que estamos en contacto continuarán trabajando', asegura Carulla.

Los vecinos de los Collado admiten cierta inquietud, de la que no se repondrán hasta que las autoridades sanitarias tengan una explicación sobre la muerte de la familia. Pero además, si algo existe, es indignación por las sugerencias y rumores vertidos acerca de la pareja. Según Martos, que es el presidente de la asociación de vecinos, los Collado llegaron al barrio hace dos años, aunque llevaban mucho tiempo veraneando en El Vendrell. 'Hace una semana Laura me comentaba lo bien que estaban, habían pagado la casa y podían estar tranquilos', explica. Y niega que el matrimonio pudiera estar involucrado en actividades sectarias, uno de los rumores que han surgido tras el misterio de estas muertes, ni que fueran especialmente amantes de productos naturistas, como también se ha comentado.

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