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España corre el riesgo de perder poder en la UE a raíz de la nueva pelea por los votos

Carlos Yárnoz

España corre un alto riesgo de ser el país más perjudicado por la nueva pelea por el voto en el Consejo de ministros de la Unión Europea (UE). Diez días después de la tensa cumbre europea de Niza, los embajadores de los Quince fracasaron ayer en su primer intento por resolver los errores incluidos en el nuevo Tratado de la Unión. De las discusiones de ayer se deduce que España puede ser el país más dañado en esta nueva batalla, porque perdería peso en su capacidad para bloquear decisiones en el citado Consejo. "La situación de España es débil", afirmó anoche una fuente oficial francesa.

Débil situación

El problema reside en que, según el texto "provisional" del Tratado redactado por Francia, como país que ahora preside la Unión Europea, el porcentaje de votos para aprobar algo por mayoría cualificada, cuando se produzca la ampliación, será del 73,4%. Añade que el número de votos para bloquear una decisión (minoría de bloqueo) será de 91. Dado que el número total de votos será de 345, las cifras no encajan.El problema se produjo porque, a última hora de la cumbre, en la madrugada del pasado día 11, los líderes europeos pactaron dar dos votos más a Lituania y uno más a Rumania. Así, se modificó la suma total de votos, pero en cambio no se modificó el porcentaje de la mayoría cualificada. Semejante desajuste, sin embargo, fue recogido en esos términos en el texto del Tratado y ahora las interpretaciones son dispares: Bélgica, que cuenta con una mayoría de apoyos, entiende que el porcentaje es el correcto y que debe variar la cifra de votos necesaria para una minoría de bloqueo; España, con el apoyo prácticamente en solitario del Reino Unido, defiende lo contrario.

Las razones de uno y otro son lógicas. Bélgica intenta que, al ser necesarios más votos para bloquear acuerdos, los países grandes tengan menos posibilidades de acudir a esa opción. España, con dos votos menos que los grandes (27 frente a 29), puede bloquear decisiones con el apoyo de dos grandes y de uno de los cinco países que tienen siete votos (Eslovaquia, Dinamarca, Finlandia, Irlanda y Lituania). Si esa minoría de bloqueo sube, por ejemplo, a 93 votos, España necesitará apoyos más fuertes (por ejemplo, dos países grandes más otro de los que tienen 10 votos) para alcanzar ese umbral. De ser así, España perderá peso relativo con respecto a los países grandes de la UE.

El pasado martes, España creía contar, según fuentes oficiales, con importantes apoyos para defender su posición. Ayer, sin embargo, quedó patente lo contrario. "En Niza se habló a última hora de dar más votos a dos países, pero nadie reclamó que se modificara el porcentaje", afirmó ayer un portavoz francés. "Por eso, ahora la situación de España es débil".No es éste el único frente que puede dar problemas a España. Las condiciones para el juego de mayorías y minorías también deben cambiar, según el Tratado, a partir del año 2005, aunque en ese año no se haya producido aún ninguna ampliación. También en este caso, España cuenta con pocos apoyos para que los ajustes que se discuten estos días no le hagan perder fuerza y, sobre todo, perder pese relativo ante los más grandes. Hoy, se celebrará en Bruselas una segunda reunión de embajadores para intentar buscar una solución a semejante embrollo. Sobre la mesa se encontrarán con una nueva propuesta francesa para que el Tratado quede redactado de forma diferente. Todo parece indicar que tal propuesta no será del agrado de España, según auguraban las fuentes francesas consultadas.

Ninguna fuente oficial española quiso anoche dar su versión de lo ocurrido, lo que puede dar una pista sobre el cariz de los acontecimientos. El día anterior, un portavoz señalaba que, en los primeros días tras la cumbre de Niza, todo parecía indicar que los errores contenidos en el texto se debían a "una mala gestión" de la presidencia francesa, pero que a medida que transcurrían las jornadas aparecían también "fuertes sospechas" de que quizás nada había sido casual. Sobre todo, teniendo en cuenta que los errores figuran precisamente en artículos del Tratado que fueron objeto de las más agrias discusiones durante la cumbre europea.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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