California está al borde de un apagón por falta de energía
Las iluminaciones navideñas son mínimas en Los Ángeles y San Francisco, e inexistentes en las zonas públicas de San Diego, porque no hay electricidad para ponerlas en marcha. California, el Estado más rico y populoso de la Unión, la sexta economía del mundo, está al borde del apagón. En los últimos 10 días se ha rozado cuatro veces la situación de Alerta 3, en la que se interrumpe parte del suministro eléctrico para garantizar los servicios esenciales.Las facturas domésticas se han disparado, dos grandes compañías generadoras rozan la quiebra y el Gobierno federal ha ordenado a los Estados vecinos que presten electricidad a California, lo que ha extendido la crisis a toda la Costa Oeste.
Estados como Washington, sometidos a una intensa ola de frío, se arriesgan al racionamiento para evitar el colapso en California. El secretario de Energía, Bill Richardson, mantuvo ayer una reunión de urgencia en Denver (Colorado) con los gobernadores afectados, pero no hay soluciones a corto plazo. Muchas empresas recuperan los viejos generadores propios, con lo que la energía les sale muy cara, pero está al menos asegurada.
La crisis es consecuencia de una calamitosa desregulación del sector eléctrico. La desregulación californiana, iniciada en 1996, impuso límites en los precios y desincentivó la inversión en nuevas plantas de producción con normas medioambientales muy estrictas. La capacidad productiva se ha reducido, por el cierre de las instalaciones que no cumplían las normas, mientras Silicon Valley y la nueva economía disparaban la demanda. El precio del gas, el combustible limpio recomendado por la ley para generar electricidad, se ha multiplicado por 25. Resultado: producir un kilovatio costaba 35 dólares el año pasado, y ahora cuesta 1.400.
Las compañías eléctricas han perdido 8.000 millones de dólares (casi 1,5 billones de pesetas) porque no sólo pueden trasladar a los consumidores una parte de sus costes.
