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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Fujimori se va

El régimen de Alberto Fujimori ha reventado por acumulación de fraudes electorales, escándalos de corrupción, protestas en la calle y presión internacional.La gota que ha hecho desbordar el vaso ha sido la difusión de un vídeo en el que se veía al número dos del régimen y jefe del temido Servicio Nacional de Inteligencia (SIN), el tenebroso Vladimiro Montesinos, comprar a un diputado de la oposición, un trabajo que ha repetido con otros para asegurar al partido gubernamental una mayoría que no tenía en el Parlamento. Fujimori y Montesinos eran uña y carne. El presidente se ha visto arrastrado por la inevitable caída de Montesinos tras esta filtración que tiene un inequívoco origen en el interior del régimen. La decisión de Fujimori de convocar elecciones generales "en el inmediato plazo posible" y de no presentarse puede servir para iniciar una transición hacia la plena democracia en Perú.Ahora bien, Fujimori y los suyos han hecho suficientes trampas en sus 10 años en la presidencia de Perú como para desconfiar de todos sus gestos. Su sistema de poder se había montado sobre la base de una Constitución tallada a su medida, de una policía secreta sin escrúpulos, del Ejército y de la ocupación de todas las instituciones estatales, incluidas las judiciales y electorales. Desmontar tal red de intereses y de impunidad no va a resultar fácil, pese a la decisión anunciada por Fujimori de "desactivar" el SIN. Demasiados misterios rodean aún el inesperado anuncio de Fujimori y el paradero de Montesinos. Resolverlos puede aportar claves para calibrar los "factores externos", como los llama la oposición, que pueden influir en el futuro.

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Fujimori anuncia su retirada y convoca elecciones en Perú

Fujimori debe llegar así al término de su vida política, aunque con una salida nada clara tras 10 años de creciente autoritarismo. Dos años después de ganar las elecciones de 1990, Fujimori dio un autogolpe que, aunque popular, constituyó una violación constitucional. Arropado en una mejora económica y en importantes éxitos en la lucha contra el terrorismo de Sendero Luminoso, Fujimori se olvidó de las reglas del Estado de derecho, culminando con el enorme fraude en las pasadas elecciones, en las que arrebató la victoria al opositor Alejandro Toledo. Éste pide ahora la constitución de un Gobierno de transición y ofrece algo de lo que Perú está más necesitado que nunca: diálogo. Es en momentos como éstos cuando la comunidad internacional, y en particular la Organización de Estados Americanos (OEA), debe redoblar sus esfuerzos para impulsar la transición, lograr unas elecciones limpias y ayudar a Perú a salir adelante.

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