Ismael se alza con el triunfo en el concurso 'Gran Hermano' a escasa distancia de Ania
"Gracias, España. Todos somos millonarios. Somos ganadores los 14", insistía anoche Ismael Beiro, el ganador de los 20 kilos prometidos por Gran Hermano. Hasta el último momento se mantuvo la tensión de espectadores y concursantes, pendientes de los datos definitivos de la votación telefónica (según las cifras provisionales, más de 700.000 personas que marcaron a 136 pesetas el minuto). Aunque los navegantes de Internet daban como ganadora a Ania, ésta fue superada por escaso margen por el pisha Ismael. Gran Hermano, el bombazo de audiencia televisiva en lo que va de año, ha supuesto para Tele 5 en los 90 días de emisión cumbres superiores a los 12 millones de espectadores y cuotas de pantalla por encima del 68%. Las cifras de la traca final, con traslado en helicóptero del triunfador de la telecárcel al plató, se prevén exorbitantes.
"¿Volverá a coincidir la opinión de Internet con la votación telefónica?", se planteaba a última hora de la tarde de ayer Tele 5 en su web, pero se equivocó. La modelo vallisoletana Ania Iglesias se alzaba con el 52% de las preferencias y le seguía el gaditano Ismael Beiro, con el 33% de los votos. La realidad de la noche final de Gran Hermano fue el triunfo de Ismael, con el 41,42% de los votos telefoneados por los espectadores. Ania quedó en puertas de alcanzar los 20 millones de pesetas con un 39,47% de llamadas a su favor.Ellos dos y el asturiano Iván Armesto habían logrado aguantar como jabatos los tres meses de un encierro por el que pasaron, desde el pasado 23 de abril, 14 españoles dispuestos a que se filmara continuamente su intimidad. "Han sido noventa días vividos de forma intensa dentro y fuera de la casa", concluyó Mercedes Milá cuando terminó el espectáculo de la gran final de Gran Hermano y condujo a un plano del contenedor vacío de Soto del Real la mirada, de alta rentabilidad televisiva, de los espectadores. La transcendencia del momento cumbre del cotilleo nacional ya la había anunciado al principio de la emisión por Tele 5.
"Espero que lo que vais a vivir hoy lo recordeis toda la vida", dijo así de categórica la periodista catalana (que se autopresentó como La Merchi, el apelativo que le daban los encerrados). "No somos crueles", dijo la presentadora de GH, pero los guionistas del concurso, producido por Zeppelin, la desmintieron con los hechos.
Si en teleseries como Luz de luna o Médico de familia, los escritores estiraban en los capítulos la tensión sexual no resuelta de los protagonistas, en Gran Hermano, los planificadores de la traca final estiraron a lo largo de tres horas la tensión emocional de los supervivientes, que debían tener los dedos rojos de tanto enlazar las manos. Primero, el mosqueo en el anuncio, con voz imperiosa de Milá, de la primera salida: la perrita Mafi; luego, el tener que desplazarse los tres al jardín para ver qué persona humana salía después, que resultó ser el asturiano Iván.
Y otra dilatación más: nueva salida al jardín, para el intermedio musical, con la actuación de Greta (paisana de la vallisoletana Ania).
La última sesión de corazón encogido le tocó al ganador Ismael, cuando se ahogaba por salir al mundo exterior, donde le esperaban sus amigos gaditanos. Pero en vez de chirigotas, fue un tema de Sting la banda sonora que le acompañó al recorrer el pasillo humano. Subió ufano a un helicóptero y aterrizó en la sede madrileña de Tele 5 en plan estrella de película playera de Hollywood, con gafas negras y sombrerito surfero.
Sus compañeros, los ganadores según él, le recibieron con el consabido despliegue de besos, abrazos y lágrimas, adobado todo con tacos. Hasta Milá, participó en la espontaneidad verbal. Su madre, su hermano y su shorbi le completaron la dosis de amor. Incluso la perrita Mafi, la primera en llegar al estudio de Tele 5, tuvo sus mimos. Mabel la recogió enseguida en sus brazos, siguiendo en su papel maternal.
A las 23.38 llegó Iván al plató, con Susana, su "redactora de seguimiento", una figura de la producción del programa que, según la gran hermana Milá, conoce a los concursantes "mejor que su padre y su madre". "Le recibimos como lo que es, un campeón", dijo la periodista, que repitió el saludo después con Ania y con Ismael. Iván, muy en su estilo, soltó un bufido ante las muestras de emoción lacrimal de sus ex compañeros: "Esto parece un velatorio, coño!
"Me siento agradecida por haber llegado hasta aquí", dijo Ania en plan humilde al conocer su veredicto. Ismael, en plan colega, había dicho dentro de la casa que quería que ganara Iván, "por el carisma que tiene", y luego flores para Ania. Pero España le prefirió a él.
El enganche de la audiencia a Gran Hermano también ha premiado a Tele 5: por primera vez en la historia de esta cadena privada, el liderazgo en la televisión española durante dos meses consecutivos. Las emisiones de este polémico programa de intimidades obtuvieron cifras superiores a los 12 millones de personas, con cuotas de pantalla que alcanzaron cumbres hasta del 68,60%.
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