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La constancia de Zeltia

La empresa gana un 260% en Bolsa este año por sus investigaciones en la lucha contra el cáncer

Ni Telefónica, ni Terra, ni los grandes bancos, ni ningún valor de la nueva economía. La empresa cuyos títulos más se han revalorizado en el mercado español en lo que va de año es la biotecnológica Zeltia, que acaba de hacer una nueva colocación en Bolsa. El viernes cerró a 63 euros (10.482 pesetas), lo que supone un incremento del 260% en lo que va de año. La razón de este éxito descansa en el buen camino que llevan sus investigaciones en la lucha contra el cáncer, con productos desarrollados a partir de organismos marinos. Uno de sus compuestos, la Ecteinascidina-743 (ET-743), se encuentra en la parte final de los rigurosísimos análisis que las autoridades médicas de todo el mundo efectúan sobre cualquier producto que aspira a ser comercializado. A este compuesto se ha llegado a partir de un organismo llamado Ecteinascidia turbinata, que se encuentra en el mar Caribe y en algunas zonas del Mediterráneo.

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El ET-743, que se ha mostrado especialmente activo en la lucha contra los sarcomas (cáncer de huesos y músculos, básicamente), será comercializado en el año 2002, según cálculos que maneja la empresa que preside José María Fernández Sousa-Faro. "Este producto es unas cien veces más potente que el Taxol, el que más éxito tiene en el tratamiento de este tipo de cáncer y cuyas ventas rondan los 1.500 millones de dólares anuales ", asegura.

"Llegar a este momento no ha sido fácil. Ha requerido diez años de investigación en la que hemos invertido más de 10.000 millones de pesetas, cuyos frutos se están empezando a ver ahora", reconoce Fernández Sousa-Faro, un entusiasta catedrático de bioquímica.

Zeltia, recuerda, es una empresa fundada por su padre, José Fernández (también creador de Pescanova o Transfesa) en 1939. Desde entonces, esta empresa radicada en Vigo ha sido una de las empresas punteras en el sector químico-farmacéutico español. Es más, fue una de las que participó en un ambicioso proyecto cuyo objetivo era constituir una nueva sociedad en el sector, moderna y potente. Su nombre era Antibióticos.

Es en los laboratorios de esta empresa donde hizo sus primeras investigaciones realmente en serio José María Fernández Sousa-Faro. Sin embargo, la irrupción de Mario Conde en la empresa de la mano de Juan Abelló, uno de los principales accionistas de la farmacéutica, y que culmina con la venta con jugosísimas plusvalías a la italiana Montedison al comienzo de los ochenta, incomoda a los socios iniciales y frena la atención a la investigación.

Todo ello provoca la vuelta de la familia Fernández a sus orígenes, a Zeltia. Al morir en 1986 el fundador, su hijo José María toma las riendas de la compañía. Y lo hace con un planteamiento y unos objetivos distintos.

"Había que hacer algo nuevo y se me ocurrió mirar al mar. En el mar habita el 75% de los seres vivos. En él hay vida desde hace 3.500 millones de años, cuando en la tierra la hay desde hace 650 millones de años", explica.

"Además", continúa Fernández Sousa-Faro, "muchos de los seres que viven en el mar han desarrollado una serie de defensas de tipo químico; piénsese, por ejemplo, en los que viven fijos en rocas, que no existen en la tierra. Merecía la pena investigar su poder curativo sobre varias enfermedades y especialmente sobre el cáncer".

Con este planteamiento, Zeltia, a través de su filial Pharma Mar, se puso manos a la obra. El respaldo económico, casi nulo por parte de los organismos públicos, partió de la propia Zeltia, así como de varios fondos de inversión especializados en empresas de biotecnología.

Para el respaldo técnico, Fernández Sousa-Faro contó con la colaboración de investigadores de todas partes del mundo, a los que conocía a través de su actividad universitaria, y con los barcos de Pescanova.

Esta empresa, en la que la familia Fernández también es destacado accionista, suscribió un acuerdo con Zeltia para que en cada uno de sus barcos haya un experto bioquímico. Éste se encarga de revisar y recopilar los organismos que, prendidos en las redes de pesca, llegan a los barcos. Este mecanismo lleva en funcionamiento alrededor de diez años y ha supuesto una inversión de más de 10.000 millones. En este periodo, los equipos de investigación de Zeltia-Pharma Mar han revisado miles de organismos y han patentado 620 productos.

Al margen del ET-743, el grupo biotecnológico español tiene en periodo de prueba y análisis por parte de las autoridades médicas de todo el mundo otro buen puñado de compuestos. El más avanzado es la Aplidina (sintetizada a partir del Aplidium albicans), "que se está mostrando muy activo contra el cáncer de tiroides y de riñón", subraya el presidente de Zeltia, quien aspira a que este compuesto pueda ser comercializado en el año 2004.

El tercero de los productos en línea de salida, en principio está previsto que se comercialice en el año 2006, es el Kahalalide. Este compuesto se aplicará en los tratamientos contra el cáncer de próstata.

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