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La policía impide a 70 manifestantes 'invitarse' a comer a un restaurante

El sexto día de la Semana de lucha contra la exclusión social -una serie de acciones pacíficas, pero llamativas, organizadas por grupos de barrio, feministas, okupas y ecologistas desde el domingo- se quedó ayer en agua de borrajas. La policía logró conocer los planes de los 70 participantes de la protesta, entre ellos el de "invitarse" a comer a un lujoso restaurante de la calle Capitán Haya o colocar una pancarta en la patronal CEOE, y se anticipó. Cada vez que los manifestantes llegaban a un punto, los antidisturbios ya estaban allí esperándolos, por lo que, para evitar incidentes, optaban por marcharse. El único acto que pudo realizarse de esta protesta contra la liberalización económica y la precariedad laboral fue una concentración frente a la Bolsa.

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