La dirección de IU trata de dejar en segundo plano la batalla sucesoria

Es el único asunto de actualidad en IU, el que centra todas las conversaciones privadas, pero ayer nadie quiso hablar en la presidencia federal, el máximo órgano ejecutivo, de la enconada batalla por la sucesión de Julio Anguita que se vive dentro de la coalición. La dirección de IU pretende que este asunto, al menos de cara al exterior, pase a un segundo plano.Sólo Francisco Frutos, de forma extraña, sin colocarlo como argumento de debate y al final de la reunión, entró en el asunto al repartir un papel en el que trataba de explicar por qué, en la última reunión del comité federal del PCE, pidió al coordinador en Asturias, Gaspar Llamazares, que retirara su candidatura para sustituir a Anguita como líder de IU: para contribuir a "racionalizar el proceso" de la sucesión. Las críticas que ha recibido Frutos por esta maniobra, con la que sólo logró que Llamazares dejara en suspenso su candidatura, le han forzado a ofrecer este tipo de explicaciones.

Por lo demás, la reunión, calificada por muchos de "anodina", se centró en el debate de resoluciones sobre la crisis en el País Vasco, la defensa de la sanidad y educación públicas, los derechos sociales o la polémica por el reparto de los puestos institucionales. En éste último asunto se aprecia también el desánimo en IU: llevan semanas quejándose, sin éxito, de que el PSOE no haya accedido a ceder un puesto en el consejo de RTVE. En respuesta se abstendrán en la votación del socialista Enrique Múgica como Defensor del Pueblo.

Al margen de estos asuntos, el enfrentamiento entre Frutos y el tándem no declarado Anguita-Llamazares ha enrarecido el ambiente, y casi todos los dirigentes reconocen que, si no se resuelve con un pacto, que se les antoja muy complicado, esta batalla condicionará la celebración de una asamblea en la que la coalición se juega su incierto futuro con el claro riesgo de acabar en la marginalidad política.