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La reforma fiscal supera su primer obstáculo en el Parlamento alemán

Pilar Bonet

El Parlamento federal alemán (Bundestag) aprobó ayer, por 324 votos a favor y 298 en contra, el proyecto de reforma fiscal presentado por el Gobierno rojiverde, que pretende reducir la carga impositiva de los ciudadanos y los empresarios en 45.000 millones de marcos (3,8 billones de pesetas) anuales. Para ser efectiva, la reforma fiscal debe ser aprobada por el Bundesrat (la cámara de los Estados federados), donde la oposición demócrata cristiana que votó ayer en contra del proyecto tiene mayoría.

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La reforma, tal como fue aprobada ayer, cubre el periodo comprendido entre 2001 y 2005 y está escalonada en tres etapas (2001, 2003 y 2005), al término de las cuales el tipo máximo del IRPF se reducirá desde el 51% actual al 45%. El impuesto de sociedades, a su vez, bajará desde el 40% al 25%. En el capítulo empresarial, el impuesto de sociedades se reducirá de forma general hasta el 25% a partir del 1 de enero del año próximo, lo que producirá un alivio fiscal de 14.000 millones de marcos (1,19 billones de pesetas) a los empresarios.

En su próxima fase, la reforma será objeto de debate en una comisión mediadora entre el Bundestag y el Bundesrat. Todo indica que el Gobierno y la oposición llegarán finalmente a un acuerdo, que probablemente implique la modificación de alguno de los puntos de la reforma.

El ministro de Hacienda, el socialdemócrata Hans Eichel, manifestó ayer que la necesidad de reducir la deuda estatal es ineludible y afirmó que el Gobierno será intransigente en esa cuestión. Eichel señaló también que no existe margen de acción para rebajar más los impuestos, como pide la oposición conservadora.

Los beneficios que el Gobierno calcula poder ingresar en concepto de privatización son un evento aislado, no disponible de forma sostenida, dijo Eichel, según el cual el Gobierno estaba dispuesto a compromisos en la comisión mediadora, siempre y cuando esto no afecte a la política de ahorro del Gabinete.

Ataque a los conservadores Eichel calificó de poco serias las propuestas de la oposición de reducir más los impuestos. Por su parte, Peter Rauen, el vicepresidente del grupo parlamentario constituido por la Unión Cristiana Democrática (CDU) y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), manifestó que la CDU-CSU quiere que todos los ingresos sean gravados con los mismos criterios. Según Rauen, la reforma perjudica a los empresarios pequeños y medios, ya que deben pagar el IRPF, en tanto que personas físicas. El representante democristiano aseguró, sin embargo, que la CDU-CSU no tenía intención de bloquear la reforma.

Eichel explicó ayer en su discurso al Parlamento que las arcas públicas (Federación, Estados federados y municipios) pueden contar solo con 3.000 millones de marcos (unos 250.000 millones de pesetas) no planificados este año, a tenor de los cálculos realizados por los expertos fiscales del ministerio.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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