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Entrevista:César Oroz, humorista gráfico

"En Navarra somos un poco como la aldea gala"

César Oroz (Pamplona, 1968) es consciente de la responsabilidad que han asumido en el periodismo español moderno los ilustradores o "humoristas gráficos", como él prefiere autodefinirse. Oroz es uno de los más frescos e incisivos dibujantes de tiras cómicas de la prensa española, aunque sus dominios se limiten a Navarra. Desde la contraportada del rotativo decano de esta comunida, Diario de Navarra, Oroz recrea día a día la actualidad informativa con una coña que provoca risas, sonrisas y más de un mosqueo en una clase política, "a la que le falta mucho sentido del humor", dice.Pregunta. ¿Qué rasgos definen a un humorista gráfico?

Respuesta. Evidentemente, tiene un componente muy importante de periodismo, de humor y debe ser un buen dibujante. Se llega, en muchos casos, desde la simple afición a leer tebeos y cómics, y de ir dibujando. Vas haciendo mano y dibujando y al final creas tu propio estilo.

P. La tira gráfica se convierte casi en un editorial alternativo. ¿Se es consciente de ello?

R. Sí. El acierto del periódico es dejar total libertad al autor. Ese es mi caso. La tira empieza y acaba en la tira y nosotros nos responsabilizamos de lo que en ella aparece. Evidentemente, la tira puede parecer una alternativa de opinión, como lo son los columnistas del periódico, que no tienen por qué coincidir siempre con la línea editorial del medio.

P. ¿La diferencia básica puede ser el humor?

R. Sí, es el humor lo que te permite dejar las cosas más abiertas. No tiene la seriedad de los editoriales y te permite desvariar un poco.

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P. ¿Padece censura un humorista gráfico?

R. En mi caso no, ninguna. En otros medios quizá la haya, no lo sé, pero es cuestión del dibujante actuar en consecuencia.

P. ¿Y se impone una cierta autocensura?

R. No, tampoco. La única limitación que me impongo es no faltarle al respeto a nadie. Pero es un código de conducta ético que aplico yo. No me autocensuro en contenidos en ningún momento.

P. La política es el mejor semillero de tiras que existe. ¿A qué se debe?

R. Además de serlo en los chistes de los periódicos, la política debería ser objeto de chanza en el día a día y en la calle. El problema es que en este país nos tomamos la política demasiado en serio y por eso sucede lo que sucede, que acabamos en posturas encontradas y radicalizadas. Por el contrario, el humor te permite contemplar las cosas con más matices. Puedes pensar algo y, al mismo tiempo, cachondearte de ese pensamiento. Hacemos de la política un dogma y nada debería ser un dogma.

P. ¿Cómo reaccionan los políticos que más castigados por sus viñetas?

R. Un 90% se remueven en su silla y acaban haciéndote llegar su malestar, bien directamente o a través de terceros. Es una reacción que hay que asumir sin dejar que te afecte. Mi labor es meter el dedo en la llaga, con humor y respeto, pero meter el dedo. Es una cuestión de coña más que de mala leche.

P. ¿Qué técnica creativa utiliza y a quién admira más?

R. La técnica de trabajo es la misma de todos. Estar al cabo de la calle y de la actualidad informativa y seleccionar aquel tema que ha centrado el interés de la jornada. Normalmente elaboro varios bocetos en borrador, varios chistes y el que al final más me gusta lo paso a tinta y punto. Respecto a la admiración por otros dibujantes, la verdad es que me gusta el humor más bien gamberro, pero tomaría cosas de todos, del dibujo de Mingote, el sentido humorístico de Forges, la caricatura de Gallego y Rey o el humor ácido de Ricardo y Nacho, por ejemplo.

P. ¿El fácil dar el salto al mundo del cómic?

R. Se puede hacer. He publicado ya cuatro libros de tiras, aunque son recopilaciones del trabajo periodístico previo, pero la profesión está abierta al mundo de la publicidad y el diseño gráfico. Por desgracia, el mundo de la historieta en España está a punto de morirse porque no hay editoriales dispuestas a impulsar el sector, aunque sí grandes autores.

P. ¿Cómo definiría esa Navarra que retrata a diario?

R. Somos como la aldea gala. Muy peleones y discutidores. Hacemos debate de todo lo que sucede. Tiene su lado positivo. Pero también el negativo de mirarnos demasiado al ombligo. Yo juego con los tópicos. Es bueno reírnos de nuestros tópicos. No debe haber cosas intocables y yo pongo mi granito de arena.

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